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Un enemigo silencioso recorre las comunidades de República Dominicana, dejando tras de sí incertidumbre y temor.
La tuberculosis, una enfermedad que muchos creían bajo control, ha registrado 4,131 casos en lo que va de 2024. De estos, 3,482 son nuevos diagnósticos, mientras que 393 personas han recaído y 232 ya habían recibido tratamiento.
La provincia Santo Domingo es el epicentro de esta amenaza, con 1,192 casos, seguida por otras regiones que muestran un aumento preocupante.
Entre los afectados se cuentan 566 ciudadanos haitianos, evidenciando cómo esta enfermedad trasciende fronteras.
Para enfrentarlo, el Gobierno ha destinado más de RD$244 millones a través del Programa 41/TB, con tratamientos gratuitos, pruebas moleculares rápidas y atención en más de 500 centros de salud.
Pero las cifras son solo una parte de la historia.
Comunidades atrapadas entre rumores y miedo
En Jalonga, Hato Mayor, el rumor de un brote de tuberculosis en una familia local ha desatado el pánico.
Aunque las autoridades aseguran que no hay casos confirmados en la zona, los habitantes viven en un estado de alerta, temiendo que el enemigo invisible haya llegado a su puerta.
En La Caleta, Boca Chica, la situación no es muy distinta.
Vecinos aseguran que:
Muchas personas tienen la enfermedad, pero el miedo y la vergüenza les impiden buscar ayuda médica.
Ante este clima de tensión, el Ministerio de Salud Pública ha incrementado la vigilancia en estas comunidades, pero los rumores siguen sembrando incertidumbre.
¿Qué es la tuberculosis y cómo se enfrenta?
La tuberculosis, una infección provocada por la bacteria Mycobacterium tuberculosis, se transmite a través del aire cuando una persona enferma tose, estornuda o incluso habla.
Su capacidad para pasar desapercibida en las primeras etapas la convierte en un enemigo difícil de detectar.
Los síntomas incluyen:
- tos persistente
- fiebre,
- sudores nocturnos
- pérdida de peso
Estos síntomas pueden tardar semanas en aparecer.
A pesar de esto, es una enfermedad curable si se trata a tiempo.
En República Dominicana, el tratamiento es gratuito y está disponible en los centros de salud públicos. Sin embargo, el verdadero reto no es sólo médico, sino social. Los prejuicios y el miedo alimentan el silencio, dando ventaja a esta enfermedad.
Las autoridades hacen un llamado urgente: el conocimiento y la acción oportuna son las armas más poderosas contra este enemigo invisible que amenaza con quedarse en las sombras.