Header Ad
Header Ad

Categories

Resurge el debate sobre la vulnerabilidad del sistema eléctrico chileno tras apagón masivo

Getting your Trinity Audio player ready...

El apagón masivo que dejó a oscuras y sin conectividad a casi todo Chile durante más de ocho horas el pasado martes ha encendido un intenso debate sobre la fragilidad del sistema eléctrico del país y la necesidad urgente de reformarlo. Mientras los ciudadanos aún buscan respuestas sobre quién es el responsable del corte, expertos señalan las vulnerabilidades estructurales del sistema y la concentración de poder en el sector privado.

La red eléctrica chilena, regulada por el Estado pero operada principalmente por empresas privadas, ha mostrado sus puntos débiles durante la crisis. Según Recaredo Gálvez, investigador de la Fundación Sol, el sistema de transmisión está dominado por grandes empresas con capitales chilenos, colombianos, españoles, italianos y chinos. Este modelo ha resultado en problemas recurrentes, como el apagón del martes, que afectó al Sistema Eléctrico Nacional (SEN), responsable de abastecer el 98% de la población.

El sistema eléctrico chileno está compuesto por tres grandes interconexiones, siendo el SEN la más relevante. A pesar de la existencia del Coordinador Eléctrico Nacional (CEN), encargado de coordinar la operación, las deficiencias en la infraestructura de transmisión y el centralismo del sistema han generado vulnerabilidades. Expertos como Andrés Díaz, director de Ingeniería Industrial de la Universidad Diego Portales, apuntan que la falta de infraestructura suficiente ha provocado «vertimientos energéticos significativos», con niveles récord alcanzados en 2024.

El modelo energético privatizado, instaurado durante la dictadura de Pinochet, ha sido criticado por priorizar la acumulación de ganancias en lugar de garantizar la estabilidad del suministro. Aunque algunos defienden que la privatización permitió reducir costos, otros creen que la concentración de poder y la falta de distribución descentralizada han hecho al sistema más vulnerable. Pamela Poo, investigadora de la Universidad de Concepción, sugiere que un modelo con «energía ciudadana o comunitaria» podría haber mitigado el impacto del apagón.

Ante este escenario, los expertos llaman a una mayor regulación y a la implementación de «generación distribuida», que permitiría a la población depender menos del sistema centralizado. La Fundación Sol propone abrir el debate sobre una reestructuración del sistema, considerando alternativas que incluyan la participación de los trabajadores y comunidades en la gestión de la energía.

Con un futuro energético incierto, los especialistas coinciden en que el desafío no solo es avanzar hacia una transición energética sustentable, sino garantizar la seguridad del suministro. La lección del reciente apagón es clara: un sistema 100% renovable no es suficiente si no se asegura su estabilidad técnica y operativa.

EFE

Forgot Password

Header Ad
Right Ad
Header Ad