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Un devastador terremoto de magnitud 7,7 ha dejado una profunda huella en Birmania (Myanmar), afectando a cerca de 20 millones de personas, un tercio de la población del país. El informe de la ONU revela que más de 1.600 personas han perdido la vida, y miles de edificaciones han quedado gravemente dañadas o colapsadas.
El coordinador humanitario de Naciones Unidas en Birmania, Marcoluigi Corsi, indicó que los daños abarcan una amplia gama de infraestructuras. Al menos 1.690 casas, 670 monasterios, 60 escuelas y tres puentes importantes han sufrido daños severos, lo que agrava aún más la crisis en un país ya afectado por una grave inestabilidad política y económica tras el golpe militar de 2021.
Los informes detallan también grietas en universidades, hospitales y carreteras, lo que ha obligado a millones de personas a evacuar a espacios abiertos y albergues improvisados. Las comunicaciones han sido interrumpidas en Mandalay, la segunda ciudad más grande del país, mientras que las rutas terrestres y aéreas están gravemente afectadas. Además, se teme por la integridad estructural de las presas importantes del país, cuyos daños aún son inciertos.
Ante la emergencia, la ONU y grupos humanitarios han comenzado a desplegar equipos quirúrgicos móviles y hospitales de campaña para proporcionar atención médica urgente a las víctimas. «El pueblo de Birmania necesita urgentemente el firme apoyo de la comunidad internacional», destacó Corsi en el informe.
Por otro lado, las fuerzas armadas birmanas han continuado sus bombardeos en zonas rebeldes, lo que ha aumentado la tensión en un contexto ya sumamente delicado. El Gobierno de Unidad Nacional (NUG), que controla partes del país, denunció la muerte de al menos 7 personas y otras 7 heridas tras un ataque aéreo en la aldea de Naung Lin, en el estado Shan.
Mientras tanto, equipos de rescate internacionales provenientes de países como Rusia, China, India, Singapur, Tailandia y Hong Kong han comenzado a llegar a las zonas más afectadas para buscar supervivientes entre los escombros. La situación sigue siendo crítica, y la ONU ha hecho un llamado a la comunidad internacional para incrementar la ayuda y el apoyo humanitario a la región.