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La administración del presidente Donald Trump ha eliminado las políticas que restringían las detenciones de inmigrantes en lugares considerados «sensibles», como escuelas, iglesias y hospitales. Esta decisión, anunciada el martes, permite que las agencias federales de inmigración, como ICE y CBP, realicen arrestos en estos sitios sin necesidad de aprobación de niveles superiores, revirtiendo una política que había estado vigente durante más de una década.
Esta medida ha generado preocupación y temor entre las comunidades inmigrantes en Estados Unidos. Muchos padres ahora se cuestionan si es seguro enviar a sus hijos a la escuela, temiendo posibles arrestos en entornos que anteriormente se consideraban protegidos. Educadores en varios distritos han intentado tranquilizar a las familias, enfatizando que las escuelas siguen siendo lugares seguros y recordando el derecho de todos los niños a recibir educación pública. Sin embargo, el miedo persiste, y algunas familias han optado por no enviar a sus hijos a la escuela, privándolos de servicios educativos y de apoyo esenciales.
Líderes religiosos también han expresado su preocupación. La obispa episcopaliana Mariann Edgar Budde, durante un sermón en la Catedral Nacional de Washington, hizo un llamado a la compasión y misericordia hacia los inmigrantes y las comunidades vulnerables. Señaló que muchas personas sienten miedo e inseguridad bajo las nuevas políticas de la administración Trump y pidió al presidente que considere el impacto humano de sus decisiones. La respuesta de Trump a estas críticas fue despectiva, minimizando las palabras de la obispa.
Organizaciones defensoras de los derechos de los inmigrantes han advertido que esta nueva política podría disuadir a las familias de buscar servicios esenciales, como atención médica o asistencia religiosa, por temor a ser detenidas. Además, existe la preocupación de que los niños, incluidos aquellos que son ciudadanos estadounidenses, puedan verse afectados negativamente al presenciar arrestos en lugares que antes se consideraban seguros.
En respuesta a estas acciones, algunas autoridades locales han manifestado su intención de resistir la cooperación con las agencias federales de inmigración en ausencia de órdenes judiciales válidas. Por ejemplo, en California y Chicago, funcionarios escolares han declarado que no permitirán que agentes de ICE ingresen a las escuelas sin la documentación legal adecuada, reafirmando su compromiso de proteger a sus estudiantes.
Esta decisión de la administración Trump forma parte de un plan más amplio para intensificar las medidas de control migratorio en el país. Además de permitir arrestos en lugares sensibles, se han anunciado otras acciones, como la suspensión de programas de refugiados y la aceleración de deportaciones, con el objetivo declarado de aplicar las leyes de inmigración de manera más efectiva.
