China aplicó este lunes nuevos aranceles a productos agropecuarios de Estados Unidos, en represalia a los gravámenes previos impuestos por el gobierno de Washington. La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Mao Ning, defendió la medida y afirmó que el comercio bilateral beneficia a los consumidores y sectores clave en EE.UU., pero advirtió que una guerra comercial perjudica a ambas partes.
Los nuevos aranceles incluyen un 15 % para importaciones de pollo, trigo, maíz y algodón, mientras que productos como soja, carne de cerdo, frutas y productos lácteos tendrán un 10 %. Esta decisión responde al reciente aumento de aranceles por parte de la administración de Donald Trump, que los elevó hasta un 20 %, justificándolo por la falta de medidas de China contra la entrada de fentanilo en EE.UU., argumento que Beijing rechaza.
Las tensiones comerciales han reducido la cuota de mercado de EE.UU. en China, favoreciendo a otros países como Brasil y Ucrania. En 2024, de los 13,76 millones de toneladas de maíz importadas por China, solo 2,07 millones provinieron de EE.UU. La diversificación de proveedores, especialmente en soja, ha disminuido aún más la presencia estadounidense en el mercado chino.
El regreso de Trump ha intensificado la presión sobre China, avivando la guerra comercial y generando incertidumbre en los mercados internacionales.