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Un terremoto de magnitud 6,9 sacudió la noche del miércoles el centro de Filipinas, causando al menos 69 muertes y dejando decenas de heridos, según informaron las autoridades locales.
El epicentro se ubicó a 19 kilómetros al noreste de la ciudad costera de Bogo, en la provincia de Cebú, donde se declaró estado de calamidad. La ciudad concentra casi la mitad de los fallecidos, con 30 víctimas, mientras que San Remigio registró 22, Medellín 10, Tubogón 5 y Sogod y Tabuelan una cada una.
Las labores de rescate se complican debido a lluvias, carreteras cortadas y puentes derrumbados. Tropas del ejército, policías y voluntarios civiles, con perros rastreadores y retroexcavadoras, buscan sobrevivientes entre los escombros.
El hospital de Bogo se encuentra saturado, por lo que la guardia costera envió un barco con médicos y personal sanitario para reforzar la atención. Los residentes pasan la noche al aire libre por miedo a réplicas, que ya suman más de 600 desde el sismo.
Muchos habitantes relatan escenas de pánico. “Nuestra casa parecía que bailaba. Los niños estaban traumatizados y no paraban de llorar”, dijo un vecino de Medellín.
Filipinas, ubicado en el Anillo de Fuego del Pacífico, es especialmente vulnerable a desastres naturales. Este terremoto se produce apenas una semana después de que dos tifones consecutivos dejaran más de una decena de muertos y daños importantes en infraestructuras y cultivos.
