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Los chilenos acudieron este domingo a las urnas en un país marcado por la polarización política, enfrentando al candidato más a la derecha desde el fin de la dictadura de Augusto Pinochet, José Antonio Kast, y a la comunista moderada Jeannette Jara, representante de la izquierda.
Los sondeos señalan como favorito a Kast, abogado de 59 años, devoto católico y padre de nueve hijos, que promete deportar a casi 34,000 migrantes sin papeles, en su mayoría venezolanos, y enfrentar con dureza la criminalidad. Jara, abogada de 51 años y exministra de Trabajo, propone subir el sueldo mínimo y defender las pensiones.
Casi 16 millones de chilenos comenzaron a votar desde las 08h00 locales, con cierre de mesas previsto para las 18h00. En las filas de votación, algunos electores expresaron su apoyo a Kast por motivos de seguridad, mientras otros lo compararon con “un Pinochet sin uniforme” y respaldaron a Jara para preservar beneficios sociales.
El discurso de Kast insiste en que “el país se cae a pedazos” y presenta a Chile como un Estado debilitado por el narcotráfico. En contraste, Jara busca capitalizar el descontento social y la necesidad de reformas tras el fracaso del gobierno de Gabriel Boric en cambiar la Constitución heredada de la dictadura.
La seguridad es el tema central: un 63 % de los chilenos afirma que el crimen y la violencia son su mayor preocupación, aunque expertos señalan que la percepción del miedo es mayor que las cifras reales. Los homicidios se duplicaron en la última década, pero han bajado en los últimos dos años, mientras aumentan delitos violentos como secuestros y extorsiones vinculados a bandas extranjeras como el Tren de Aragua.
En la primera ronda electoral, tanto Jara como Kast obtuvieron cerca de un cuarto de los votos, con ligera ventaja para la izquierdista. Sin embargo, el bloque de derecha sumó un 70 %, lo que podría impulsar a Kast hacia el palacio presidencial de La Moneda. Analistas advierten que, aunque es favorito, su eventual triunfo no le otorgaría un mandato absoluto, pues muchos lo votarían más por temor a Jara que por afinidad con su apoyo histórico a Pinochet.
