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Miguel Ángel Bissié Romero, el último sobreviviente de los hombres que ajusticiaron al dictador Rafael Leónidas Trujillo el 30 de mayo de 1961, falleció el pasado sábado a los 90 años. Su muerte ha conmovido al país, ya que Bissié Romero fue una figura clave en la planificación y ejecución de este acto histórico que marcó el fin de la tiranía trujillista.
Los restos de Bissié Romero serán velados en la funeraria Blandino, ubicada en la avenida Abraham Lincoln, en el Distrito Nacional. Aunque no se especificó el horario, la funeraria confirmó el lugar donde familiares, amigos y ciudadanos podrán rendirle homenaje.
El historiador Juan Daniel Balcácer expresó su pesar por el fallecimiento, destacando la valiente contribución de Bissié Romero a la democracia y las libertades públicas de la República Dominicana. A través de sus redes sociales, Balcácer calificó su participación en el magnicidio como un acto desinteresado y valiente.
Bissié Romero, de origen español y nacionalizado dominicano, formó parte del conocido «Grupo de Moca,» que organizó el ajusticiamiento de Trujillo. Su rol en la operación fue crucial, ya que se encargó de guardar y ensamblar las armas utilizadas en el magnicidio, enfrentándose a grandes riesgos al trasladarlas en repetidas ocasiones a la casa de Antonio de la Maza en Gascue, uno de los principales involucrados en la conspiración.
El ajuste de cuentas con Trujillo fue llevado a cabo por figuras como Antonio de la Maza, Antonio Imbert Barrera, Amado García Guerrero, Salvador Estrella Sadhalá, Huáscar Tejeda Pimentel, Pedro Livio Cedeño y Roberto Pastoriza. También participaron en su organización Luis Amiama Tió, Luis Manuel Cáceres (Tunti), Eduardo Antonio García Vásquez, Manuel de Ovín Filpo, Bienvenido García Vásquez y Ángel Severo Cabral.
En octubre de 2024, Bissié Romero fue exaltado al Templo de la Fama de Moca, en reconocimiento a su rol fundamental en la eliminación de Trujillo, donde pronunció un emotivo discurso sobre su experiencia y el legado que dejó para las generaciones futuras. Su partida representa la pérdida de una figura clave en la historia moderna de la República Dominicana.