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La disputa electoral por la Secretaría General de la Organización de Estados Americanos (OEA) entre el canciller de Paraguay, Rubén Ramírez, y el ministro de Relaciones Exteriores de Surinam, Albert Randim, refleja la polarización geopolítica global entre Estados Unidos y China. La elección, que se dará en sucesión de Luis Almagro, está marcada por las diferentes visiones que ambos candidatos tienen sobre el futuro de la región y la influencia de potencias globales como Washington y Pekín. Ramírez, que comparte la postura geopolítica del expresidente Donald Trump, se opone abiertamente al alineamiento de Surinam con China, que se ha convertido en un actor clave en América Latina bajo la influencia de Xi Jinping.
El contexto de la competencia se intensificó cuando ambos diplomáticos presentaron sus propuestas y fueron interrogados por representantes de la OEA sobre temas cruciales para la región, como la situación en Venezuela, Cuba y Nicaragua. Durante la sesión, Randim evitó mencionar directamente a estos países, limitándose a hablar de las reglas hemisféricas sin profundizar en su postura respecto a los regímenes de estos Estados. En contraste, Ramírez fue claro en su rechazo a los regímenes totalitarios de Venezuela, Cuba y Nicaragua, subrayando la necesidad de que estos países retomen el camino hacia la democracia y el respeto a los derechos humanos.
Además de abordar cuestiones regionales, los candidatos también fueron consultados sobre temas globales como el cambio climático, la igualdad de género, la inmigración y la reforma interna de la OEA. Ramírez enfatizó la importancia de fortalecer las instituciones democráticas y garantizar la vigencia de los derechos humanos, en un claro alineamiento con las políticas estadounidenses. En contraste, Randim adoptó una postura más neutral en sus respuestas, dejando entrever una inclinación hacia una OEA que, si bien debe respetar las reglas del hemisferio, no necesariamente desafíe la creciente influencia de China en la región.
La elección de nuevo Secretario General de la OEA está programada para el 10 de marzo, y la posición de países clave como Estados Unidos, Canadá, Brasil, México y Colombia sigue siendo incierta. Tanto Ramírez como Randim se encuentran en un virtual empate, y ambos aguardan que la postura de Trump, quien ya ha expresado sus reservas sobre China y el rol de la OEA, sea determinante en esta carrera. De esta forma, la disputa no solo refleja las tensiones entre los candidatos, sino también la compleja dinámica de poder en América Latina y la creciente rivalidad global entre Estados Unidos y China.