Cuba enfrenta su cuarto apagón nacional en seis meses, agravando la crisis energética

El sistema eléctrico nacional (SEN) de Cuba colapsó este viernes, marcando el cuarto apagón nacional en los últimos seis meses, según informó el Ministerio de Energía y Minas (Minem). El fallo, que ocurrió a las 20:15 hora local (0:15 GMT), fue provocado por una avería en una subestación, lo que resultó en una «pérdida importante de generación en el occidente de Cuba» y en el posterior colapso del sistema eléctrico. Este nuevo apagón agrava aún más la creciente crisis energética que afecta al país.

En los últimos meses, el SEN ha mostrado un déficit significativo y continuas interrupciones del servicio, lo que ha generado creciente preocupación en la población. En febrero de este año, Cuba sufrió su mayor déficit energético en al menos dos años, con el 57% del país sin electricidad simultáneamente. Actualmente, algunas regiones enfrentan interrupciones del servicio de hasta 20 horas diarias, lo que está teniendo un impacto grave en la vida cotidiana de los ciudadanos.

Además de las fallas técnicas en el sistema eléctrico, Cuba enfrenta una escasez de combustible, un recurso esencial para mantener en funcionamiento las plantas generadoras de energía. La falta de combustible y el envejecimiento de la infraestructura eléctrica han sumido al país en una crisis de suministro energético que parece no tener solución a corto plazo.

Desde finales de 2024, expertos independientes han señalado que la crisis energética de Cuba responde a una crónica infrafinanciación del sector eléctrico. El sistema, bajo control estatal desde 1959, ha sufrido el deterioro de sus centrales termoeléctricas, muchas de las cuales ya están obsoletas debido a décadas de explotación sin el mantenimiento adecuado.

El impacto en la población es significativo. Los sectores comerciales y domésticos se ven severamente afectados por los apagones, lo que empeora aún más las condiciones de vida. Aunque el gobierno cubano está buscando soluciones para estabilizar la generación y distribución de energía, la falta de inversión en infraestructura y en el abastecimiento de combustible augura que los apagones seguirán siendo una constante en el futuro cercano.