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La reciente revelación de un presunto campo de exterminio vinculado al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en un rancho de Teuchitlán, Jalisco, ha desatado una oleada de indignación en todo México. En el lugar se encontraron al menos 400 pares de zapatos vacíos y restos humanos, que podrían pertenecer a personas desaparecidas, lo que ha conmocionado al país y generado protestas en varias ciudades.
“México no es un país, es una fosa”, se leía en una de las pancartas que se alzaron en la capital del país durante una de las concentraciones que tuvieron lugar en el Zócalo de Ciudad de México, la plaza pública más grande del país. Los manifestantes realizaron un simbólico conteo de 400 en memoria de las personas desaparecidas, al tiempo que encendieron velas y trazaron un mapa simbólico del rancho, en un claro mensaje de rechazo a la crisis de desapariciones forzadas en México.
Las protestas no se limitaron a la capital y Guadalajara, sino que se extendieron a ciudades como Cancún, Monterrey y otras localidades del país. En Cancún, madres buscadoras denunciaron la existencia de cementerios clandestinos relacionados con el crimen organizado. María Dolores Patrón Pat, presidenta del Colectivo Madres Buscadoras de Quintana Roo, aseguró que al menos siete fosas han sido identificadas en el estado, algunas de las cuales fueron descubiertas tras intensas lluvias que trajeron a la superficie los cuerpos enterrados.
“Nos están dejando morir”, exclamaron los colectivos de búsqueda, quienes expresaron su indignación por la falta de acción por parte de las autoridades. Estos grupos han denunciado que las autoridades no solo han hecho caso omiso de sus solicitudes de ayuda, sino que además, muchas veces se han visto obligados a enfrentarse a la violencia por su labor en la búsqueda de sus seres queridos. Desde 2011, al menos 24 familiares de personas desaparecidas han sido asesinados durante sus esfuerzos por encontrar a sus seres queridos.
En medio de la creciente presión, la Red TDT ha exigido la apertura de expedientes para investigar los restos encontrados en el rancho de Teuchitlán y en otros campos de exterminio en todo el país. “No podemos seguir normalizando estos crímenes de lesa humanidad”, señalaron, al mismo tiempo que destacaron que alrededor de 30 personas desaparecen cada día en México, según datos oficiales.
El dolor y la desesperación de los familiares de desaparecidos se reflejan en los testimonios de quienes han sido afectados por la tragedia. “Vivimos en un país de horror… la autoridad nunca nos escucha”, lamentó Aurora Corona Rodríguez, madre de un joven desaparecido en Nuevo León. Esta sensación de desamparo se repite en voces de madres, padres y familiares de personas desaparecidas a lo largo de todo el país.
Amnistía Internacional y otras organizaciones internacionales también han urgido al gobierno mexicano a investigar a fondo este caso y poner fin a la impunidad en torno a las desapariciones. Mientras tanto, la presidenta Claudia Sheinbaum ha criticado a la oposición por amplificar el caso, aunque ha prometido que la Fiscalía General de la República ofrecerá más información la próxima semana.
Con más de 120,000 personas desaparecidas en México desde la década de 1960, la crisis de desapariciones sigue siendo una de las problemáticas más graves y dolorosas del país. Las movilizaciones continúan y la exigencia de justicia no cesa.
