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El Gobierno de Taiwán ha acusado a China de «socavar la paz y la estabilidad» en el Estrecho de Taiwán después de que el Ejército chino llevara a cabo maniobras militares cerca de la isla. Según Pekín, estas maniobras fueron un «firme castigo» al presidente taiwanés, William Lai, a quien acusa de fomentar el separatismo. Taiwán ha respondido con una condena enérgica, afirmando que las acciones del Partido Comunista Chino (PCCh) desafían la estabilidad regional y global.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Taiwán denunció la expansión constante de la presencia militar china en la zona, criticando el uso de la «coerción en zona gris» por parte de Pekín. El canciller taiwanés, Lin Chia-lung, enfatizó que mientras China afirma desear estabilidad, sus acciones provocadoras están minando la paz.
Las maniobras militares incluyeron la participación de 59 aeronaves y nueve buques de guerra chinos cerca de Taiwán, con patrullas de combate que se acercaron a solo 24 millas náuticas de las costas taiwanesas. El ministro de Defensa de Taiwán, Wellington Koo, calificó las maniobras de «particularmente inusuales» y acusó a China de ser el «principal alborotador» en la región.
Pekín, por su parte, justificó las maniobras como una respuesta necesaria para contrarrestar las fuerzas separatistas de Taiwán, destacando que la independencia de la isla es incompatible con la paz en la región. Estas tensiones reflejan la continua disputa sobre la soberanía de Taiwán, que se gobierna de manera autónoma, mientras China considera la isla parte de su territorio.
La situación en el Estrecho de Taiwán sigue siendo un punto crítico de la política internacional, con Taiwán reafirmando su compromiso con la estabilidad y la paz, mientras Pekín intensifica sus esfuerzos por lograr la reunificación nacional.
