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El viceministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Riabkov, aseguró hoy que los recientes contactos entre Moscú y Washington representan solo el comienzo de un largo y complejo proceso para mejorar las relaciones bilaterales.
En una conferencia internacional, Riabkov subrayó que, aunque las conversaciones actuales son un paso positivo, es prematuro hacer pronósticos a largo plazo sobre la evolución de los vínculos entre ambos países. No obstante, destacó que las señales que llegan de Washington después del cambio de administración sugieren una disposición para entablar un diálogo «basado en el respeto mutuo».
El diplomático ruso recordó los recientes intercambios entre los presidentes de ambos países, Vladímir Putin y Donald Trump, así como los contactos a distintos niveles entre representantes de Rusia y Estados Unidos. Según Riabkov, esta comunicación ha abierto «una ventana de oportunidades» que podría llevar a una coexistencia sin confrontación, alejándose del enfrentamiento directo que ha marcado las relaciones en los últimos años.
En cuanto a la posibilidad de retomar las conversaciones sobre seguridad estratégica, Riabkov destacó que, aunque han surgido señales de alto nivel desde Washington, aún es «prematuro» hablar de una reanudación concreta de estas discusiones. También se refirió a la Iniciativa del Mar Negro, afirmando que no existe un acuerdo específico sobre su reinicio, pero que el diálogo continúa en curso, especialmente en lo relacionado con el desbloqueo de las exportaciones agrícolas rusas y la eliminación de las sanciones occidentales.
Rusia ha condicionado su regreso a la Iniciativa del Mar Negro a la eliminación de las restricciones impuestas a su sector agrícola y la reactivación de sus exportaciones de alimentos y fertilizantes. El Kremlin recordó que estas demandas son prácticamente las mismas que fueron planteadas en 2022, y cuyo incumplimiento obligó a Moscú a abandonar la iniciativa en julio de 2023.
El futuro de las relaciones entre Rusia y Estados Unidos sigue siendo incierto, pero las actuales señales de apertura sugieren que ambos países podrían estar dispuestos a explorar nuevas vías para superar la confrontación y avanzar hacia una coexistencia más estable.