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Haití atraviesa un momento crítico. El presidente de turno del Consejo de Transición de Haití, Fritz Alphonse Jean, afirmó este jueves que el país está «en guerra» debido al recrudecimiento de la violencia de las bandas armadas, pero se comprometió a «restablecer la seguridad para recuperar la vida y la paz» en la nación.
En un discurso con motivo del primer aniversario del Acuerdo del 3 de abril de 2024, que dio origen al Consejo Presidencial de Transición (CPT), Alphonse Jean destacó que la lucha contra el crimen organizado y el «bandolerismo» es fundamental para evitar que el país sea destruido. «Vamos a luchar hasta el último suspiro», dijo el mandatario, subrayando que se pondrá fin a la situación de caos provocada por las mafias locales e internacionales, que alimentan las pandillas involucradas en el tráfico de drogas, armas, municiones y contrabando de personas.
Este pronunciamiento ocurre un día después de que miles de haitianos se manifestaran en las calles exigiendo seguridad y acciones más contundentes contra las bandas criminales, que controlan amplias zonas del país, incluidas el 85% de las áreas de Puerto Príncipe. La violencia afecta también a otras ciudades, como Mirabalais, donde un ataque de bandas provocó la fuga masiva de más de 500 presos.
Alphonse Jean reconoció las dificultades de combatir la delincuencia transnacional y la limitada capacidad de las fuerzas del orden frente al creciente poder de las bandas. Sin embargo, insistió en que con la unidad del pueblo y el apoyo de la comunidad internacional, Haití podrá ganar la «batalla inmensa» que enfrenta.
Fritz también anunció que el presupuesto rectificado para este año se destinará a la lucha contra las bandas, sin espacio para dilaciones. La seguridad en los barrios, el regreso de los desplazados a sus hogares y la creación de empleo son algunas de las promesas clave del Gobierno en este contexto de desesperación social.
En los últimos meses, la violencia ha escalado a niveles alarmantes. Según la ONU, entre julio de 2023 y febrero de 2024, al menos 4.239 personas fueron asesinadas y 1.356 heridas, mientras que el flujo de armas ilegales continúa alimentando el conflicto. La situación ha convertido a Haití en un «infierno» para su población, en palabras de Alphonse Jean.
Con este renovado compromiso de lucha, el gobierno haitiano se enfrenta al desafío de restaurar el orden en un país marcado por la inseguridad y la desestabilización social.