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En uno de sus últimos mítines previos a las elecciones generales del lunes, el líder del Partido Liberal de Canadá y primer ministro del país, Mark Carney, instó a los canadienses a otorgarle un «Gobierno fuerte» para hacer frente a la «traición» de Donald Trump, quien ha declarado una guerra comercial contra Canadá.
El evento, que tuvo lugar en un hangar aeronáutico en Mississauga, cerca de Toronto, reunió a miles de personas. Durante su discurso, Carney centró sus ataques en el presidente estadounidense, Donald Trump, y en su principal rival político, Pierre Poilievre, líder del Partido Conservador, a quien acusó de carecer de experiencia fuera de la política.
Carney, quien asumió el liderazgo del Partido Liberal y el cargo de primer ministro en marzo, destacó la necesidad de un liderazgo firme para enfrentar los desafíos impuestos por la administración Trump. Según el economista, la guerra comercial lanzada por Trump ha «roto la economía global» y ha traicionado a Canadá, un vecino y aliado cercano de los Estados Unidos. «Canadá no es EE.UU.», afirmó Carney con rotundidad, recibiendo el apoyo del público que ondeaba banderas canadienses.
El mitin estuvo marcado por la reacción de los asistentes, quienes respondieron con abucheos cada vez que Carney mencionaba el nombre de Trump. El líder liberal enfatizó la importancia de defender a los trabajadores canadienses frente a los aranceles impuestos por el gobierno estadounidense y propuso la implementación de medidas de represalia para hacer el máximo daño posible a EE.UU. «Necesitamos proteger a nuestros trabajadores», subrayó Carney.
El discurso también fue interrumpido brevemente por manifestantes propalestinos, pero la seguridad del evento logró controlar la situación rápidamente. A pesar de la interrupción, Carney mantuvo su mensaje claro: los ataques de Trump buscan debilitar a Canadá y convertir a EE.UU. en el dueño del país vecino. Sin embargo, el primer ministro aseguró que esto nunca sucederá, reiterando el carácter único de Canadá como un «mosaico» cultural, en contraste con el «crisol» de Estados Unidos.
Además, Carney criticó a Pierre Poilievre, a quien calificó como un «político de toda la vida» que, a pesar de su apoyo al libre mercado, nunca ha trabajado en el sector privado. El líder liberal contrastó esta falta de experiencia con su propio historial como gobernador del Banco de Canadá y del Banco de Inglaterra, donde enfrentó desafíos de gran envergadura.
Al concluir su discurso, Carney hizo un llamado a la unidad nacional: «Unidos defendemos Canadá. Unidos ganaremos esta guerra comercial». Aseguró que su compromiso con el país es absoluto, mencionando que «Canadá me ha dado todo» y que está dispuesto a devolverle todo lo que ha recibido.
Con las elecciones del 28 de abril a la vuelta de la esquina, Carney se presenta como el favorito para ganar, mientras busca consolidar el apoyo de los votantes canadienses ante los desafíos económicos y políticos planteados por la administración Trump.
