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Los periodistas Marino Zapete, Edith Febles, Altagracia Salazar y la conductora de televisión Mariasela Álvarez interpusieron querellas penales por difamación e injuria contra los comunicadores Juan Aníbal Arrendel, Alfredo de Dios de la Cruz, Pedro Manuel Casals y Aquiles Jiménez Fernández, a quienes acusan de realizar señalamientos reiteradamente falsos y ofensivos a través de medios digitales y redes sociales.
Las acciones legales fueron presentadas ante la Procuraduría Fiscal del Distrito Nacional, con el respaldo de un equipo legal integrado por los abogados Edwin Acosta, Patricia Santana Nina, Dangela Ramírez Guzmán y Carlos Alberto Polanco Rodríguez.
Según indicaron los abogados en una declaración pública, los acusados «han traspasado los límites del ejercicio legítimo de la libertad de expresión, convirtiendo sus mensajes en ataques personales con consecuencias graves para la reputación» de los periodistas querellantes.
El comunicado precisa que aunque cada querella responde a situaciones particulares, todas buscan un objetivo común: contribuir al saneamiento del espacio público, promover el respeto en el debate y fomentar una cultura democrática basada en el argumento y no en el agravio.
“La libertad de expresión no puede confundirse con impunidad”, enfatizaron los abogados, quienes señalaron que la intención no es censurar opiniones, sino detener el uso abusivo de las plataformas de comunicación para desinformar y dañar la dignidad de personas con base en falsedades.
En medio del conflicto, uno de los señalados, Johnny Arrendel, ofreció disculpas públicas tras haber acusado anteriormente a algunos de los periodistas de recibir fondos de la agencia estadounidense USAID, acusación que fue negada rotundamente por los afectados.
