El Presidente de la República Dominicana, Luis Abinader, recibió este viernes la Declaración de Santo Domingo, como colofón de la XXII Cumbre Judicial Iberoamericana, celebrada en la capital dominicana. El documento, firmado por representantes de los poderes judiciales de 23 países, reafirma el compromiso regional con una justicia más independiente, accesible y centrada en la dignidad humana.
La entrega oficial estuvo a cargo del presidente de la Suprema Corte de Justicia, Henry Molina Peña, quien en nombre de los titulares de las supremas cortes y consejos del poder judicial de los países firmantes, destacó la importancia del acuerdo como una herramienta para fortalecer el Estado democrático de derecho en la región.
La Declaración contempla compromisos clave como:
La incorporación de valores éticos (productos axiológicos) en la planificación judicial
La actualización del mapa judicial iberoamericano
La innovación y digitalización del sistema judicial
La atención al impacto de la inteligencia artificial en la justicia
La cooperación judicial entre países
La promoción de la igualdad de género y la protección ambiental
Además, se hace un llamado a los poderes judiciales iberoamericanos a adoptar estos principios de manera efectiva, transformadora y ética, con el objetivo de construir una justicia que responda a las necesidades reales de la ciudadanía, fortalezca la democracia y garantice los derechos humanos.
La Declaración de Santo Domingo fue suscrita por representantes judiciales de países como Argentina, España, México, Brasil, Chile, Colombia, entre otros, consolidando a la República Dominicana como epicentro del diálogo judicial regional.
«Esta Declaración es una promesa de trabajo incansable para garantizar una justicia que respete la libertad, promueva la equidad y honre la dignidad humana», expresó Molina Peña.
Con esta cumbre, Iberoamérica reafirma su convicción en la justicia como motor de cambio social y ambiental, y renueva su compromiso de construir instituciones judiciales modernas, confiables y al servicio de las generaciones presentes y futuras.
