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El secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, advirtió este sábado en Singapur sobre un posible intento de China de invadir Taiwán, calificando la amenaza como “real” y “potencialmente inminente”. La declaración se produjo durante el foro de seguridad Shangri-La, el principal encuentro en Asia sobre defensa y geopolítica.
“Cualquier intento del Partido Comunista chino de conquistar Taiwán por la fuerza resultará en consecuencias devastadoras para el Indopacífico y el mundo”, afirmó Hegseth ante representantes de defensa de decenas de países. Señaló que China ha dejado claro su interés en alterar el statu quo regional, especialmente con sus operaciones en el mar de China Meridional y su presión militar sobre Taiwán.
El jefe del Pentágono también aprovechó su discurso para reforzar el compromiso de Estados Unidos con sus aliados en la región, incluyendo Japón, Corea del Sur, Filipinas y Australia, a quienes instó a aumentar su inversión en defensa. “La disuasión no es barata. Nuestros gastos deben reflejar los peligros que enfrentamos”, subrayó.
Hegseth sostuvo que Washington no busca un conflicto con Pekín, pero que no permitirá ser expulsado del Indopacífico. “América primero no significa América sola”, dijo, asegurando que la región sigue siendo una prioridad estratégica para su país.
Uno de los aspectos más comentados del foro fue la ausencia del ministro de Defensa chino, Dong Jun. En su lugar, China envió una delegación académica, rompiendo con la tradición de alto nivel en este evento desde su creación en 2002. Esta decisión impidió el habitual encuentro directo entre los jefes de defensa de China y EE.UU., generando preocupación por la falta de diálogo militar entre ambas potencias.
Por su parte, la jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas, también alertó sobre los lazos militares entre China, Corea del Norte y Rusia, señalando que esas conexiones representan una amenaza creciente para la seguridad global. “La seguridad de Europa y del Indopacífico están profundamente interconectadas”, afirmó.
El foro fue inaugurado el viernes por el presidente francés Emmanuel Macron y reunió a líderes de todo el mundo. En representación del sudeste asiático, el primer ministro de Malasia, Anwar Ibrahim, pidió evitar medidas comerciales unilaterales y apostó por el diálogo con EE.UU. para reducir tensiones económicas.
La cumbre de Shangri-La dejó en evidencia el creciente nerviosismo internacional ante una posible escalada militar en Asia, con Taiwán como foco principal de tensión.








