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China emitió una firme respuesta a Estados Unidos luego de las declaraciones del secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, quien advirtió sobre una posible invasión «inminente» de Taiwán por parte de Pekín.
La portavoz del Ministerio de Exteriores chino subrayó que «el asunto de Taiwán es un asunto interno de China» y que ningún país extranjero tiene derecho a intervenir en este tema. Además, expresó su «firme oposición» y «profundo descontento» por lo que calificó como un discurso «provocador» de Hegseth durante el foro de seguridad Diálogo Shangri-La en Singapur.
Hegseth señaló que el Ejército chino «ensaya a diario» una posible invasión y advirtió que cualquier intento de tomar Taiwán por la fuerza tendría consecuencias devastadoras para la región del Indo-Pacífico y el mundo.
En respuesta, Pekín acusó a Estados Unidos de fomentar la confrontación en la región y de desplegar armas ofensivas en el mar de China Meridional, una zona disputada y vital para el comercio mundial.
China anunció que presentó una protesta formal ante Washington y advirtió que EE.UU. no debe usar la cuestión de Taiwán como moneda de cambio para contener su crecimiento.
La delegación china en el Diálogo Shangri-La estuvo encabezada por el contralmirante Hu Gangfeng, quien calificó las acusaciones estadounidenses como «infundadas» y diseñadas para «sembrar problemas» en la región.
