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Ruanda y la República Democrática del Congo (RDC) firmaron este viernes en Washington, a nivel ministerial, un acuerdo de paz histórico que marca un punto de inflexión en sus tensas relaciones bilaterales.
La firma, celebrada en el Departamento de Estado de EE.UU., fue encabezada por los ministros de Exteriores Olivier Nduhungirehe (Ruanda) y Thérèse Kayikwamba Wagner (RDC), en presencia del secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio.
Aunque el protocolo final será suscrito por los presidentes de ambos países en las próximas semanas, el acuerdo entra en vigor de inmediato. La ceremonia fue seguida de una reunión con el presidente de EE.UU., Donald Trump, quien ha apoyado la mediación.
“Hoy hemos elegido la paz. Este pacto es el punto de partida, no el objetivo final”, declaró Wagner durante la firma. “Nuestra región ha sido marcada por profundas cicatrices, pero la dignidad y la cooperación pueden prevalecer”.
El acuerdo contempla compromisos clave: respeto mutuo a la integridad territorial, cese de hostilidades, desarme e integración condicional de grupos armados no estatales, creación de un Mecanismo Conjunto de Coordinación de la Seguridad, retorno seguro de refugiados y desplazados, y un marco para la integración económica regional.
Por su parte, el canciller ruandés afirmó: “La paz es una elección, pero también una responsabilidad. Con este acuerdo abrimos un nuevo capítulo que requiere valentía y compromiso real”.
El secretario de Estado estadounidense destacó el valor estratégico de este pacto: “Este es un paso decisivo hacia la estabilidad regional. Esperamos recibir pronto a los jefes de Estado para completar la formalización”.
La firma ocurre tras un periodo crítico de recrudecimiento del conflicto: desde enero, el grupo rebelde M23, con respaldo ruandés, tomó el control de Goma y Bukavu, dos ciudades claves en el este congoleño, lo que elevó la tensión diplomática y militar entre ambos países.
Este acuerdo busca desescalar la situación y establecer un camino sostenido hacia la reconciliación, con la participación activa de la comunidad internacional.








