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El expresidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, fue arrestado por segunda vez este jueves, acusado de múltiples delitos relacionados con su fallido intento de imponer la ley marcial en diciembre de 2024.
La decisión fue tomada por el juez Nam Se-jin, del Tribunal del Distrito Central de Seúl, tras aceptar la solicitud del fiscal especial Cho Eun-suk, quien alertó sobre el riesgo de destrucción de pruebas por parte del exmandatario.
Yoon enfrenta cinco cargos penales, entre ellos:
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Obstrucción especial de deberes oficiales
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Violación de la Ley del Servicio de Seguridad Presidencial (SSP)
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Abuso de autoridad para restringir derechos
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Falsificación de documentos oficiales
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Destrucción y manipulación de registros públicos
El expresidente fue trasladado al Centro de Detención de Seúl, en Uiwang, al sur de la capital, tras asistir a la audiencia donde rechazó todas las acusaciones.
Esta es la segunda vez que Yoon es detenido: la primera ocurrió en enero, tras su suspensión por juicio político antes de su destitución oficial en abril. El Tribunal Constitucional declaró inconstitucional su decreto de estado de excepción.
Manipulación del gabinete y falsificación de actas
Entre las acusaciones más graves figura la convocatoria parcial y manipulada del Gabinete el 3 de diciembre de 2024, donde Yoon excluyó a 9 de los 19 ministros, citando solo a quienes le eran leales.
La reunión duró menos de cinco minutos, aunque posteriormente se falsificaron actas para simular una sesión de 40 minutos con deliberación completa, como exige la Constitución.
Intimidación y destrucción de pruebas
También se le imputa haber ordenado a su personal de seguridad desenfundar armas si era detenido, y de instruir al entonces subjefe del SSP para eliminar registros cifrados de comunicaciones militares.
Además, según los fiscales, se crearon y destruyeron documentos antedatados para legitimar la ley marcial.
Yoon habría autorizado a su portavoz a difundir falsedades a la prensa extranjera, negando la violación del orden constitucional y asegurando que el Congreso no fue obstruido para votar la suspensión del decreto.
La detención de Yoon marca otro capítulo en una crisis institucional sin precedentes en Corea del Sur, donde por primera vez en su historia democrática un presidente fue destituido por intentar imponer un estado de excepción ilegítimo.








