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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó este viernes el despliegue de “dos submarinos nucleares en las zonas apropiadas” como respuesta a recientes declaraciones del exmandatario ruso Dmitri Medvedev, calificadas como “provocadoras”.
“Las palabras son muy importantes y, a menudo, pueden tener consecuencias imprevistas. Espero que este no sea uno de esos casos”, escribió el mandatario en su red Truth Social, sin precisar si los submarinos están armados con misiles nucleares o solo tienen propulsión nuclear, ni su ubicación exacta.
Trump, quien ha intentado acercarse a su homólogo ruso Vladimir Putin desde su regreso al poder en enero, esperaba poner fin rápidamente a la guerra en Ucrania. Sin embargo, su frustración ha crecido ante la negativa del Kremlin a reducir la ofensiva militar, que ha registrado en julio el mayor número de ataques con drones desde el inicio del conflicto, según un análisis de AFP.
Medvedev y la «mano muerta»
La reacción de Trump llegó tras publicaciones recientes de Medvedev, actual vicepresidente del Consejo de Seguridad ruso, quien evocó la llamada “mano muerta”, un sistema automatizado soviético diseñado durante la Guerra Fría para lanzar represalias nucleares en caso de destrucción de la cadena de mando.
En otro mensaje, el 28 de julio, Medvedev calificó los ultimátums de Trump para finalizar la guerra como “una amenaza y un paso hacia la guerra” con Estados Unidos.
Advertencias y posibles sanciones
Además del despliegue militar, Trump advirtió con imponer sanciones económicas a Rusia si no cesan las hostilidades en Ucrania antes de que termine la próxima semana. Entre las medidas contempladas se encuentran sanciones “secundarias” a países que compren petróleo ruso, con el objetivo de debilitar el financiamiento del aparato bélico del Kremlin.
Escalada de ataques
Según datos de la fuerza aérea ucraniana citados por AFP, Rusia lanzó más de 6,000 drones hacia Ucrania solo en julio, lo que representa un incremento del 16% respecto a junio. También se triplicó el número de misiles lanzados en comparación con los primeros meses del año.
La capital, Kiev, sufrió uno de los bombardeos más mortales desde el inicio de la guerra, con al menos 31 fallecidos, entre ellos cinco niños, según autoridades locales. “El más pequeño tenía solo dos años”, lamentó el presidente ucraniano Volodímir Zelenski, quien renovó su llamado a Putin para entablar negociaciones de paz.
Mientras tanto, el presidente ruso afirmó el viernes que desea una “paz duradera”, aunque los hechos en el terreno parecen indicar lo contrario.
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