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La ex primera dama surcoreana, Kim Keon Hee, fue detenida este martes en Seúl en el marco de una investigación que la vincula con sobornos, manipulación de valores bursátiles y posible intervención en la selección de un candidato político.
La orden fue emitida por el Tribunal Central del Distrito de Seúl a solicitud del fiscal especial Min Joong-ki, quien advirtió sobre el riesgo de destrucción de pruebas.
Kim permanece en un centro penitenciario en el sur de Seúl, separado del que alberga a su esposo, Yoon Suk Yeol, destituido en abril y actualmente procesado por intentar implementar la ley marcial en diciembre de 2024.
Es la primera ocasión en que un ex presidente y su pareja cumplen prisión de manera simultánea en Corea del Sur.
La detención forma parte de tres investigaciones especiales iniciadas por el gobierno liberal de Lee Jae Myung contra la administración anterior.
Entre ellas se analiza la decisión de Yoon de declarar la ley marcial el 3 de diciembre de 2024, la cual fue revocada por el Parlamento pocas horas después. Yoon fue destituido el 14 de diciembre y su salida confirmada por el Tribunal Constitucional en abril.
La fiscalía sostiene que Kim y Yoon habrían influido en el Partido del Poder Popular para que seleccionara a un candidato en una elección parcial en 2022, presuntamente a solicitud de Myung Tae-kyun, acusado de manipular encuestas que podrían haber favorecido a Yoon en las primarias presidenciales.
Además, se investiga la recepción de regalos de lujo, como un collar valorado en 43.000 dólares, presuntamente vinculado a favores políticos; Kim asegura que la joya era una imitación prestada.
Otra línea de investigación relaciona a Kim con la manipulación de acciones de un concesionario BMW, y un colaborador cercano que regresó de Vietnam fue detenido por supuestamente usar su relación con ella para obtener inversiones millonarias.
Kim no habló ante los medios y su interrogatorio continuará este jueves, pudiendo su detención extenderse hasta 20 días antes de presentar cargos formales.
La combinación de los arrestos de Kim y Yoon representa un hecho sin precedentes en la historia política de Corea del Sur: un matrimonio presidencial enfrentando procesos judiciales por corrupción y delitos políticos al mismo tiempo.







