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Las escuelas públicas de Los Ángeles comenzaron este jueves el nuevo año escolar enfrentando un desafío sin precedentes: lograr que miles de estudiantes regresen a las aulas en medio del temor por los operativos migratorios que se han intensificado en los últimos días.
El Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LAUSD), el segundo más grande de Estados Unidos, estableció más de 100 “zonas seguras” en planteles ubicados en barrios latinos e inmigrantes. Estas áreas son vigiladas por la policía escolar y voluntarios para alertar sobre la presencia de agentes del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE).
Como parte de la estrategia para dar tranquilidad a familias y estudiantes, el distrito amplió las rutas de autobuses escolares y puso en marcha una campaña informativa sobre los derechos de los inmigrantes, que incluye foros semanales. La iniciativa, respaldada por el sindicato de maestros UTLA y organizaciones comunitarias como Unión del Barrio, busca también fomentar que la comunidad reporte la presencia de autoridades federales.
A pesar de estas medidas, el miedo persiste. María Hernández, madre inmigrante, confesó que ha pensado en retirar a su hijo de 7 años de la escuela. “Hoy lo llevó una amiga, pero no tengo quién lo recoja; no sé cuánto podemos aguantar así”, expresó.
El superintendente del LAUSD, Alberto Carvalho, quien fue inmigrante indocumentado, ha reiterado que no se permitirá la presencia de agentes de ICE en los campus ni en un radio de dos cuadras alrededor de las escuelas durante las horas de entrada y salida. “Los niños con miedo no pueden aprender bien”, advirtió.
La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, también exigió a la Casa Blanca detener las “redadas discriminatorias e imprudentes” y recordó que existe una orden judicial que prohíbe detenciones basadas en discriminación racial, de idioma o laboral.
Sin embargo, los operativos continúan. El lunes, agentes de ICE encañonaron y esposaron a un adolescente de 15 años con discapacidad frente a la preparatoria Arleta. Aunque fue liberado tras la intervención escolar, otro joven, el chileno Benjamín Marcelo Guerrero-Cruz, de 18 años, fue arrestado la semana pasada cuando paseaba a su perro, a pocos días de iniciar su último año de preparatoria.
Carvalho hizo un llamado a toda la comunidad a unirse para proteger las aulas como espacios de aprendizaje y pertenencia.








