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Catar investiga el ataque israelí que este martes alcanzó a líderes de Hamás en un edificio residencial de Doha, causando seis muertos —incluido el hijo del jefe negociador del grupo— y varios heridos, entre ellos un policía catarí.
El Ministerio del Interior confirmó que equipos especializados realizan “investigaciones de campo” para identificar posibles desaparecidos y que cualquier novedad será comunicada oficialmente.
El Gobierno calificó la acción como una “violación traidora” de su soberanía y “terrorismo de Estado”, asegurando que se reserva el derecho a responder. El primer ministro, Mohamed bin Abdulrahman Al Thani, anunció la creación de un equipo legal para emprender acciones judiciales internacionales y revisará las políticas de seguridad para evitar futuros incidentes.
Israel, por su parte, defendió el ataque. Su embajador ante la ONU, Danny Danon, advirtió que “no habrá inmunidad para los terroristas en ningún país”. El hecho ocurrió mientras la delegación de Hamás discutía una propuesta estadounidense de alto el fuego en Gaza, lo que Catar interpreta como un intento israelí de sabotear las negociaciones.
Este miércoles, el Consejo de Seguridad de la ONU debatirá el caso, a petición de Catar, Argelia, Pakistán y Somalia.








