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Washington, EE.UU. – La falta de consenso entre republicanos y demócratas para aprobar un presupuesto antes de la medianoche del 30 de septiembre activó un cierre parcial del Gobierno Federal de Estados Unidos, que por el momento afecta únicamente a servicios no esenciales, aunque podría extenderse a más áreas si el bloqueo legislativo se prolonga.
El año fiscal concluyó sin que ninguna de las dos propuestas presupuestarias presentadas lograra los votos necesarios en el Senado. Los republicanos no alcanzaron los siete apoyos demócratas requeridos para su plan de financiación temporal, mientras que los demócratas tampoco consiguieron los 13 votos adicionales que necesitaban para su iniciativa, que incluía más fondos para sanidad.
Los liberales condicionaron su apoyo al proyecto republicano a la renovación de subsidios de Obamacare y a la eliminación de recortes sanitarios impulsados durante la administración de Donald Trump, exigencias que los conservadores solo están dispuestos a discutir después de aprobar los fondos.
Aunque servicios básicos como las fuerzas de seguridad, el ejército, la seguridad social y los aeropuertos continúan operando, los empleados en esas áreas no recibirán sus salarios hasta que el Congreso logre un acuerdo.
El recuerdo del cierre más largo en la historia del país, ocurrido en 2019 bajo la presidencia de Trump y que paralizó durante un mes a gran parte del Gobierno, alimenta la incertidumbre sobre la duración de esta nueva crisis. Entonces, el colapso aéreo en varios aeropuertos forzó un acuerdo bipartidista para reabrir la Administración.
