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El Ejército israelí continuó este sábado por la noche lanzando ataques en la ciudad de Gaza, a pesar de la petición expresa del presidente estadounidense, Donald Trump, de detener la ofensiva para facilitar un acuerdo de paz y la liberación de rehenes.
En la capital gazatí, donde supuestamente se había suspendido la operación de invasión, se registraron ataques aéreos cada veinte minutos y bombardeos de artillería en varias zonas de la urbe. Aunque los ataques fueron menos intensos durante el día, se incrementaron al caer la tarde.
Trump había anunciado que Israel aceptó una “línea de retirada inicial” compartida con Hamás, y que el alto el fuego sería inmediato una vez confirmada por el grupo palestino. Sin embargo, los bombardeos continuaron, dejando al menos 70 muertos en toda la Franja, 47 de ellos en la ciudad de Gaza.
Uno de los ataques más graves ocurrió en el barrio Al Tuffah, donde murieron 17 personas, entre ellas seis niños y mujeres, y otras 40 resultaron heridas. El ataque destruyó varias viviendas, incluida la casa de la familia Abdel Aal.
Fuentes médicas informaron que al menos cinco personas murieron intentando regresar a sus hogares en zonas bajo control israelí, confiando en el supuesto cese de hostilidades.
Según información filtrada a la prensa israelí, el Ejército habría pasado a operar en modo “defensivo”, lo que implica acciones de eliminación de amenazas y mantenimiento de posiciones.
Hamás respondió que “la continuación de los bombardeos y masacres de la ocupación expone las mentiras de Netanyahu sobre la reducción de las operaciones militares contra civiles”.
Desde el inicio de la ofensiva en octubre de 2023, más de 67,000 personas han muerto en Gaza, incluyendo más de 20,000 niños, según cifras de organismos humanitarios. Relatores de la ONU y organizaciones internacionales califican la operación como genocidio.
