|
Getting your Trinity Audio player ready...
|
El huracán Melissa, de categoría 5 y con vientos sostenidos de 260 km/h, se aproxima a Jamaica convertido en una amenaza histórica para el Caribe. Sin embargo, los meteorólogos advierten que su verdadero peligro no reside solo en la fuerza de sus vientos, sino en su velocidad de avance: apenas 5 km/h. Este movimiento extremadamente lento prolonga lluvias torrenciales, inundaciones y marejadas ciclónicas durante varios días, multiplicando los riesgos para las comunidades afectadas.
“Va a estar ahí vertiendo agua mientras apenas se mueve; y ese es un desafío significativo del que debemos estar conscientes”, explicó Evan Thompson, meteorólogo jefe del Servicio Meteorológico de Jamaica. Las lluvias persistentes pueden alcanzar hasta un metro en las zonas montañosas del este de la isla, mientras que la marejada ciclónica podría elevar el nivel del mar entre 2.7 y 4 metros en la costa sur, donde se encuentran el puerto de Kingston y el Aeropuerto Internacional Norman Manley.
Expertos recuerdan huracanes anteriores que se estancaron, como Harvey en 2017, que descargó más de 1.5 metros de lluvia sobre Houston causando daños por 125 mil millones de dólares, y Florence en 2018, que provocó inundaciones generalizadas en las Carolinas. El caso de Melissa refleja un patrón similar: lluvias prolongadas y destructivas combinadas con riesgos de deslizamientos de tierra en terrenos montañosos.
El Centro Nacional de Huracanes advierte que la aproximación del huracán desde el sur —una ruta poco habitual— concentrará los vientos más fuertes directamente sobre la costa sur de Jamaica, atrapando el agua en la línea costera y agravando la marejada. Investigaciones recientes sugieren que el cambio climático podría aumentar la frecuencia de huracanes de movimiento lento, debido a la alteración de los patrones de viento que normalmente impulsan estas tormentas a moverse más rápido.
Hasta ahora, Melissa ha dejado al menos seis muertos en el Caribe septentrional, ha dañado más de 750 viviendas en República Dominicana y ha destruido cultivos en Haití. En Jamaica, las autoridades han ordenado evacuaciones obligatorias en siete comunidades vulnerables, mientras la isla se prepara para enfrentar lo que podría ser el huracán más potente de su historia.








