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Este lunes, Cuba experimentará un apagón masivo que, según las autoridades, dejará sin electricidad al 59 % de la isla de manera simultánea, la proporción más alta registrada hasta ahora.
Los cortes se prolongarán durante toda la jornada, alcanzando su punto crítico en la tarde-noche, cuando la demanda de energía es mayor.
La estatal Unión Eléctrica (UNE) informó que la generación prevista será de 1.325 megavatios (MW), mientras que la demanda alcanzará los 3.250 MW, generando un déficit de 1.925 MW. Se estima que la desconexión efectiva podría llegar a los 1.995 MW durante el llamado “horario pico”.
La crisis energética se profundiza por el deterioro de las centrales termoeléctricas y la escasez de divisas para importar el combustible necesario. Actualmente, seis de las 16 unidades de generación termoeléctrica están fuera de servicio, una de las dos plantas de gas está desconectada y numerosas centrales de generación distribuida permanecen inoperativas por falta de combustible o lubricantes.
Especialistas independientes indican que el sistema energético cubano necesitaría entre 8.000 y 10.000 millones de dólares para su recuperación. Por su parte, el Gobierno atribuye la situación a las sanciones de Estados Unidos, que según ellos provocan una “asfixia energética”.
Los prolongados apagones afectan gravemente a la economía, que ha retrocedido un 11 % en los últimos cinco años, y aumentan el malestar social en medio de una crisis generalizada.
