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La nueva Fuerza de Supresión de Pandillas (GSF) podría representar un punto de inflexión en la lucha contra la violencia en Haití, considerada la amenaza más grave que el país ha enfrentado en décadas, siempre que reciba todo el apoyo internacional prometido, según un análisis difundido este domingo por la organización Crisis Group.
El informe destaca que, aunque la GSF, que reemplazó en octubre pasado a la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MSS), contará con 5.500 efectivos, una estrategia basada únicamente en la fuerza física no garantizará una paz duradera. “Para que la intervención sea efectiva, las autoridades deberán implementar un plan que vaya más allá de la mera fuerza bruta”, advierte el documento “Deshaciendo la Alianza Letal de las Pandillas en Haití”.
El análisis indica que la coalición de pandillas, que ha sorprendido por su resistencia y crueldad, podría alcanzar hasta 20.000 miembros, y que en 2024 los homicidios llegaron a más de 5.600, lo que equivale a más de 15 asesinatos diarios.
Crisis Group subraya que los esfuerzos nacionales e internacionales hasta ahora han sido insuficientes, y que estos grupos armados podrían aprovechar la fragilidad del proceso electoral previsto para 2026, en un país que lleva una década sin elecciones.
El informe propone que las demostraciones de fuerza en zonas controladas por pandillas funcionen como un elemento disuasorio, mostrando a líderes y miembros que entregarse es la mejor opción. Además, recomienda que, una vez recuperado el control, las autoridades estén dispuestas a dialogar con los cabecillas para proteger a la población civil y avanzar hacia la desmovilización total.
Crisis Group advierte que, aunque se logre dominar a las bandas por la fuerza, esto solo sería una pausa temporal si no se desarman completamente los grupos y se responsabiliza a quienes los han respaldado. Actualmente, las pandillas controlan el 90 % de la capital, y detener su reclutamiento y vínculos con el poder será clave para evitar que la violencia resurja.
Diego Da Rin, analista de Crisis Group, señaló que, aunque muchos haitianos buscan represalias inmediatas, eventualmente será necesario dialogar desde una posición de fuerza para proteger a los civiles y avanzar hacia la estabilidad a largo plazo.
