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El presidente ruso, Vladímir Putin, manifestó su disposición a alcanzar una paz auténtica en el conflicto de Ucrania, pero rechazó de forma tajante cualquier alto el fuego provisional que, según Moscú, solo serviría para ganar tiempo. Así lo informó este lunes el Kremlin a través de su portavoz, Dmitri Peskov.
De acuerdo con Peskov, el mandatario ruso está abierto a soluciones serias y estables que conduzcan a un arreglo real del conflicto, aunque se opone a maniobras diplomáticas que deriven en pausas artificiales sin resultados concretos.
En ese sentido, evitó pronunciarse sobre plazos para lograr un acuerdo, señalando que fijar fechas sería poco realista en la situación actual.
El portavoz también valoró positivamente el papel del presidente estadounidense, Donald Trump, en los esfuerzos por resolver el conflicto. Según indicó, Moscú reconoce el trabajo “honesto” de Trump y de su equipo para impulsar un entendimiento entre las partes.
Respecto a uno de los puntos más sensibles de la negociación, Peskov reiteró que la negativa al ingreso de Ucrania en la OTAN constituye un elemento central para Rusia y requiere un debate específico dentro del proceso de paz.
Mientras tanto, continúan las conversaciones diplomáticas en Europa. El enviado especial de Estados Unidos para misiones de paz, Steve Witkoff, aseguró que se han logrado avances significativos en las reuniones celebradas en Berlín con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, en torno a un plan de paz de 20 puntos. Las negociaciones proseguirán en la capital alemana.
No obstante, el Kremlin expresó su rechazo anticipado a los cambios introducidos por Ucrania y algunos países europeos al plan original presentado por Washington. Yuri Ushakov, asesor de política internacional de Putin, advirtió que Moscú presentará fuertes objeciones si dichas modificaciones se mantienen, especialmente en lo relacionado con cuestiones territoriales.
Según Ushakov, la postura rusa sobre el territorio es bien conocida por Estados Unidos y ha sido tratada ampliamente en Moscú. Aun así, se mostró escéptico sobre el resultado final de las consultas, señalando que difícilmente el documento final será favorable para los intereses rusos.
