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Un turista británico que disfrutaba de unas vacaciones en Filipinas protagonizó un momento de alto riesgo sin darse cuenta. Mientras paseaba por la playa, encontró un pequeño pulpo y decidió grabarlo en video con total tranquilidad.
Lo que no sabía era que estaba sosteniendo un pulpo de anillos azules, una de las criaturas más venenosas del planeta. Su toxina puede provocar parálisis muscular y fallo respiratorio, siendo aproximadamente mil veces más tóxica que el cianuro. Además, no existe antídoto, y una mordedura puede resultar fatal en cuestión de minutos.
La magnitud del peligro se hizo evidente cuando los usuarios de redes sociales comenzaron a comentar el video, advirtiéndole que había tenido una muerte casi segura entre sus manos.
Este incidente recuerda la importancia de informarse sobre la fauna local al viajar, ya que incluso los animales más pequeños pueden representar un riesgo letal.








