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En 2025, Estados Unidos y China encabezan una renovada carrera hacia la Luna, marcando un hito en la exploración espacial que también busca sentar las bases para futuras misiones a Marte y el aprovechamiento de recursos lunares, más de cinco décadas después de la histórica competencia entre EE.UU. y la Unión Soviética.
Esta vez, la rivalidad ya no se limita a dos potencias. India y Japón también lograron avances importantes, con planes de alcanzar el satélite terrestre en las próximas décadas.
En Estados Unidos, la llegada de Donald Trump a la presidencia modificó la estrategia espacial, con recortes en la NASA y un mayor protagonismo de empresas privadas como SpaceX y Blue Origin. La misión Artemis III, programada para 2027, busca regresar astronautas a la Luna y establecer una presencia sostenida.
China, por su parte, mantiene su objetivo de enviar taikonautas antes de 2030 y construir una base de investigación en el polo sur lunar. El país también lanzó la misión Tianwen-2, destinada a recolectar muestras de un asteroide y estudiar un cometa, aunque a finales de año enfrentó un contratiempo con la nave Shenzhou-20.
India alcanzó un hito histórico con el primer astronauta indio en la Estación Espacial Internacional (EEI) y el éxito de la misión de acoplamiento SpaDeX, consolidando su capacidad para maniobras complejas en el espacio. Japón, por su parte, sufrió el fracaso de la misión lunar de ispace, aunque prepara un nuevo lanzamiento para 2027 y refuerza su cooperación con EE.UU. en defensa espacial.
La nueva carrera lunar refleja cómo la exploración espacial se ha convertido en un esfuerzo global, con varias naciones buscando consolidar su liderazgo tecnológico y científico en el espacio exterior.








