El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, otorgó un indulto oficial a su hijo, Hunter Biden, quien se enfrentaba a una sentencia por dos casos penales. En un comunicado emitido el domingo, Biden calificó los cargos como un «error de la Justicia», destacando que su hijo había sido procesado de manera «selectiva» e «injusta».

«Desde que asumí el cargo, prometí no interferir en las decisiones del Departamento de Justicia, y mantuve mi palabra incluso cuando veía cómo mi hijo era tratado injustamente», expresó el mandatario.

Hunter Biden, de 53 años, se había declarado culpable en septiembre de delitos fiscales y fue condenado en junio por posesión de un arma de fuego siendo consumidor de drogas ilegales. Estos casos lo convirtieron en el primer hijo de un presidente en ejercicio en ser condenado por un delito federal.

Cambio de postura y justificación presidencial

Aunque en varias ocasiones Biden había afirmado que no indultaría a su hijo, el presidente cambió de postura y decidió otorgar el perdón total a Hunter. En su comunicado, Biden subrayó que, aunque respetaba el sistema judicial, consideraba que «la política había infectado este proceso», lo que llevó a un «error de la Justicia». «Una vez que tomé esta decisión, no tenía sentido retrasarla más», agregó Biden.

Hunter Biden, por su parte, reaccionó con gratitud. En un mensaje público, aseguró que los errores cometidos durante los días más oscuros de su adicción a las drogas habían sido «explotados para humillar y avergonzar públicamente» a su familia. «Nunca daré por sentada la clemencia que se me concede hoy y dedicaré mi vida a ayudar a quienes siguen enfermos y sufriendo», afirmó.

Reacciones políticas contrapuestas

La decisión de Biden provocó fuertes reacciones entre los republicanos. El expresidente Donald Trump, quien recientemente fue reelegido como candidato republicano para las próximas elecciones, cuestionó el indulto y se preguntó si este incluiría a los «rehenes del 6 de enero», en referencia a los partidarios de Trump que participaron en el asalto al Capitolio en 2021. Trump acusó a Biden de cometer un «abuso» y un «error judicial».

En el Congreso, algunos republicanos se mostraron indignados. James Comer, presidente del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes, acusó al presidente de mentir sobre las circunstancias del caso de su hijo. «Mintió de principio a fin», declaró Comer. El senador Charles Grassley expresó su sorpresa, diciendo que «me avergüenza» el indulto, ya que Biden había afirmado repetidamente que no lo concedería. Otros republicanos, como Marjorie Taylor Greene y John Barrasso, acusaron al presidente de crear un «sistema de Justicia de dos niveles».

Sin embargo, también hubo críticas dentro del Partido Demócrata. El representante Greg Stanton, de Arizona, fue el primer demócrata en manifestar su desacuerdo público con el indulto, señalando que, aunque respetaba a Biden, creía que «se equivocó» al perdonar a su hijo. El gobernador de Colorado, Jared Polis, advirtió que el indulto podría sentar un «mal precedente» que podría ser «abusado por presidentes posteriores».

Precedentes históricos de indultos familiares

Este no es el primer caso de un presidente de EE. UU. que indulta a un miembro de su familia. En 2001, el presidente Bill Clinton indultó a su hermanastro Roger Clinton, quien había sido condenado por posesión de cocaína. En 2020, Donald Trump también otorgó un indulto a Charles Kushner, suegro de su hija Ivanka, por un caso de evasión fiscal.

Un final inminente para los casos de Hunter Biden

Hunter Biden se enfrentaba a una posible sentencia de hasta 17 años de prisión por cargos de fraude fiscal federal y hasta 25 años por la compra ilegal de un arma. La sentencia estaba programada para los días 12 y 16 de diciembre, pero con el indulto, esos procedimientos han quedado anulados. Estos problemas legales fueron un tema recurrente durante la campaña presidencial de su padre, aunque Biden terminó retirándose de la contienda en julio, apoyando a la vicepresidenta Kamala Harris como su sucesora.

Este indulto llega en un momento de transición, cuando el presidente Biden se prepara para entregar la Casa Blanca a Donald Trump el próximo 20 de enero de 2025, lo que añade una capa de complejidad a la polémica decisión de perdonar a su hijo.