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El presidente de Francia, Emmanuel Macron, lanzó este lunes fuertes críticas contra Elon Musk, acusando al empresario estadounidense de respaldar una «nueva internacional reaccionaria» y de interferir en las elecciones de otros países, como Alemania. Durante un discurso ante la conferencia anual de embajadores franceses, Macron expresó su sorpresa ante el papel que Musk ha jugado en el panorama global, subrayando que hace una década hubiera sido impensable que el propietario de una de las mayores redes sociales del mundo estuviera tan involucrado en cuestiones políticas internacionales.
Macron señaló que la situación mundial actual está marcada por un creciente «desorden», con el resurgir de pulsiones imperiales, el cuestionamiento de la información y el conocimiento, así como un ataque «muy violento» contra los principios del humanismo. En este contexto, advirtió sobre la existencia de una «internacional de reaccionarios», apoyada por grandes intereses financieros privados, que aprovecha las debilidades de las democracias liberales para fomentar el descontento social, especialmente en la clase media.
El presidente francés hizo un llamado urgente a la defensa de la democracia, proponiendo una agenda para establecer contrapoderes que frenen la influencia desmesurada de las grandes empresas tecnológicas. Reconoció que, aunque estas empresas ofrecen nuevas posibilidades, también están generando un entorno en el que los Estados se sienten cada vez más amenazados por el poder que concentran.
En su discurso, Macron también tendió la mano al presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, a quien expresó su apoyo. Subrayó que Trump sabe que Francia será un «aliado sólido» en la relación transatlántica y destacó la importancia de una «ambición lúcida» para fortalecer los lazos entre Estados Unidos y Europa. Macron recordó que Francia pudo trabajar con Trump durante su primer mandato, en un período que fue marcado por desafíos, pero también por la necesidad de establecer una relación respetuosa.
El mandatario francés también se refirió a la situación geopolítica, criticando la postura de Rusia y de Irán. Acusó a Moscú de haber «cambiado» su agresividad hacia los europeos, señalando las injerencias rusas en elecciones y procesos políticos en países como Rumanía, Moldavia, Georgia y Armenia. En relación con la guerra en Ucrania, Macron advirtió que no existen soluciones rápidas ni fáciles, y subrayó que cualquier resolución debe incluir a los ucranianos como parte fundamental de las conversaciones.
En cuanto a Irán, el presidente francés señaló que el programa balístico del país representa una amenaza para Europa y destacó la implicación de Teherán en la invasión rusa de Ucrania y en diversos conflictos de Oriente Medio. Macron hizo hincapié en que la cuestión iraní será una de las principales en las relaciones con la nueva administración estadounidense.
El presidente francés también abordó el cambio climático, advirtiendo sobre el «importante riesgo de regresión» en la lucha internacional contra este fenómeno, del que responsabilizó los recientes desastres en España y el departamento francés de Mayotte. Asimismo, expresó su preocupación por el comercio internacional, subrayando que los europeos han sido «demasiado ingenuos», y señaló la necesidad de repensar las políticas comerciales para garantizar que los intercambios sean leales y que Europa mantenga su capacidad de producción en cada etapa de la cadena de valor.
Por último, Macron se refirió al conflicto en Gaza, declarando que no hay justificación para la continuación de las operaciones militares de Israel en ese territorio. Aseguró que este año debe ser clave para avanzar en la materialización de las aspiraciones palestinas.
