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El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó este martes la creación de una nueva fuerza internacional para combatir las pandillas armadas que controlan gran parte del territorio haitiano, en un intento por superar los fracasos de misiones anteriores y restaurar la seguridad en el país más empobrecido del continente.
La resolución, impulsada por Estados Unidos y Panamá, establece el despliegue de la Fuerza de Eliminación de Pandillas (GSF), que sustituirá a la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MSS), liderada por Kenia, la cual abandonará el país en los próximos días sin haber logrado resultados significativos.
La MSS, que debía contar con 2,500 efectivos, apenas alcanzó los 1,000 y operó sin respaldo logístico ni financiero suficiente. Durante su gestión, las bandas armadas expandieron su control territorial, dominando el 90 % de la zona metropolitana de Puerto Príncipe, sin que se lograran detenciones ni neutralización de líderes criminales.
La nueva fuerza internacional, que contará con 5,500 miembros militares o policiales, tendrá autoridad para ejecutar operaciones activas, realizar arrestos selectivos y apoyar directamente a la Policía Nacional de Haití en la recuperación de zonas ocupadas por bandas.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, expresó su respaldo al “rápido despliegue” de la nueva misión y llamó a otros países a sumarse al esfuerzo. Por su parte, el presidente de turno de Caricom, Andrew Holness, calificó la decisión como un “paso significante” para enfrentar el terror impuesto por las pandillas.
Laurent Saint-Cyr, presidente del Consejo Presidencial de Transición de Haití, agradeció el respaldo del Consejo de Seguridad, en especial a Estados Unidos y Panamá, y reiteró la urgencia de una intervención efectiva que devuelva la esperanza a la población haitiana.
La comunidad internacional enfrenta ahora el reto de garantizar que esta nueva misión no repita los errores de sus antecesoras, en un contexto marcado por la inseguridad, la crisis humanitaria y la inestabilidad política que azota al país desde al menos 2018.








