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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se convirtió este domingo en el protagonista absoluto de la ceremonia 2025 de los Kennedy Center Honors, marcando un hito histórico: por primera vez, un mandatario encabezó la entrega de estos prestigiosos premios culturales.
La gala estuvo marcada tanto por la presencia directa de Trump como por los cambios que impulsa en la institución. Desde su regreso a la Casa Blanca en enero, el presidente asumió también la presidencia del Kennedy Center y ha promovido una reestructuración de la programación y la administración del centro, que incluyó varios despidos y una apuesta por eliminar contenidos considerados “woke” o progresistas.
Durante su intervención, Trump se dirigió al público con palabras contundentes: “Muchos de ustedes son personas horribles y miserables, pero nunca se rinden…”, dijo, antes de resaltar la perseverancia de los homenajeados: Michael Crawford, Gloria Gaynor, KISS, Sylvester Stallone y George Strait. Hizo incluso guiños cinematográficos al personaje de Rocky Balboa, interpretado por Stallone: “Se trata de ganar; si sigues avanzando, así es como se gana”, afirmó.
El presidente también destacó que decidió “prácticamente solo” los ganadores de esta edición, como parte de su estrategia para devolver “la grandeza” al Kennedy Center y reforzar su relevancia en la vida cultural estadounidense.
Un reconocimiento histórico a las artes
Los Kennedy Center Honors, establecidos en 1978, son uno de los máximos reconocimientos a las artes escénicas en Estados Unidos. Cada año distinguen a figuras del cine, la música, la danza, el teatro y la televisión por su contribución significativa y duradera a la cultura del país. Entre los galardonados a lo largo de las décadas se encuentran Ella Fitzgerald, Frank Sinatra, Aretha Franklin, Stevie Wonder, Tina Turner, Meryl Streep, Steven Spielberg y Bruce Springsteen, así como instituciones icónicas como el teatro Apollo y el musical “Hamilton”.
Tradicionalmente, la selección combina recomendaciones del público y de expertos con la decisión final de la dirección del centro, configurando una especie de “salón de la fama” anual de la cultura estadounidense. La edición 2025, bajo el liderazgo directo de Trump, quedará en la historia no solo por los artistas homenajeados, sino también por la intervención sin precedentes de un presidente en la ceremonia.








