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El Ministro de Hacienda, Magín Díaz, destacó en una reciente entrevista que el año 2025 cerrará con un crecimiento económico moderado de aproximadamente un 2.2-2.3%, muy por debajo de las expectativas iniciales, pero con señales de mejora en los últimos meses. En su intervención, Díaz enfatizó que el gobierno ha estado enfocado en la estabilización económica y en aumentar la inversión pública, una herramienta clave para fomentar el crecimiento a pesar de los retos fiscales.
El contexto fiscal: una mirada a los ingresos del gobierno
Aunque el Ministro de Hacienda afirmó que no se presentará una reforma tributaria formal en el corto plazo, subrayó la necesidad urgente de encontrar «espacio fiscal» para continuar con la inversión pública. La idea sería mejorar la capacidad de generar ingresos sin necesidad de reformas legales que impliquen un cambio radical en el sistema fiscal. Díaz comentó que, durante años, el país ha lidiado con un déficit estructural, con un gasto público que se ha incrementado principalmente debido a la pandemia y sus consecuencias, como el aumento de subsidios y transferencias sociales.
¿Qué se está negociando detrás de las puertas?
La administración ha estado explorando medidas administrativas para aumentar la recaudación sin realizar una reforma fiscal formal. Aunque no se presentarán cambios de gran escala en los impuestos en el corto plazo, se mencionaron varios ajustes que podrían tener un impacto significativo en el sistema fiscal del país. Entre ellos:
Eliminación de impuestos distorsionantes: Se están identificando y eliminando impuestos que generan distorsiones en la economía, lo que podría simplificar el sistema tributario y mejorar la eficiencia en la recaudación.
Revisión de subsidios: El gobierno está buscando formas de eficientizar los subsidios y transferencias sociales, con el objetivo de optimizar el gasto público. Esto incluiría una reestructuración en el sector de salud (como SENASA), donde se mencionó la necesidad de controlar el fraude y mejorar la transparencia.
Incentivos a la inversión pública: Con el déficit fiscal a la baja, el gobierno está trabajando en la optimización de la inversión pública, elevando los recursos destinados a proyectos de infraestructura. Se espera que este impulso al gasto público se traduzca en una dinamización de la economía, a pesar de las restricciones fiscales.
Coordinación con el Banco Central: El Ministro destacó la relación estrecha entre el Ministerio de Hacienda y el Banco Central, trabajando juntos para crear condiciones favorables para la inversión y el crecimiento económico. Esta colaboración busca facilitar el acceso al crédito y bajar las tasas de interés, un factor clave para la recuperación de sectores como la construcción.
El debate sobre la reforma fiscal: ¿es necesaria o no?
El Ministro dejó claro que, aunque no hay planes inmediatos de una reforma fiscal, algunos sectores de la oposición y el empresariado han sugerido que el gobierno debe avanzar en este sentido. Sin embargo, Díaz remarcó que no se puede exigir al gobierno medidas políticas que no sean viables o razonables. Además, mencionó que las reformas fiscales en la región han sido difíciles de implementar, y que países como Colombia han optado por medidas específicas, como aumentar impuestos a sectores particulares (por ejemplo, la banca) sin realizar una reforma estructural completa.
En resumen: ¿qué está pasando realmente?
Si bien no se está llevando a cabo una reforma tributaria formal, existen varias medidas administrativas que podrían generar una mejora en la recaudación fiscal y permitir un aumento de la inversión pública sin sobrecargar a los ciudadanos. Estas medidas incluyen la eliminación de impuestos distorsionantes, la revisión de subsidios y un enfoque más estratégico en la ejecución del presupuesto. Si bien la reforma fiscal sigue siendo un tema sobre la mesa, no parece ser la solución inmediata que el gobierno optará, aunque las condiciones podrían cambiar si la situación fiscal se vuelve insostenible.
Lo que está claro es que el gobierno, a través de una estrategia cautelosa y negociada, está buscando aumentar los ingresos y gestionar el déficit sin poner en riesgo el crecimiento económico, utilizando herramientas administrativas más que una reforma estructural inmediata.
