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Los habitantes de un edificio en Herrera, que inicialmente estaba programado para ser demolido en el marco de la expansión del Metro hacia Los Alcarrizos, están enfrentando una creciente preocupación por su seguridad. La obra de ampliación avanza peligrosamente cerca de los apartamentos, haciendo que la plataforma del nuevo sistema de transporte se asemeje a una terraza sobre el edificio.
María Valdez, propietaria de un inmueble de cuatro pisos situado en el kilómetro 9 y medio de la autopista Duarte, expresa su temor ante la inminente amenaza que representa la construcción para ella y las seis familias que residen en el edificio.
Aunque el edificio fue designado para demolición por las autoridades, la expropiación nunca se llevó a cabo y la construcción del Metro ha comenzado a desarrollarse a una distancia alarmantemente cercana.
Valdez ha intentado resolver la situación visitando la Oficina para el Reordenamiento del Transporte (OPRET) en más de diez ocasiones y reuniéndose con el funcionario Leonel Carrasco, pero hasta el momento no se ha encontrado una solución efectiva. La preocupación entre los residentes crece a medida que el avance de la obra pone en riesgo la integridad del inmueble y la seguridad de sus ocupantes.
