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El presidente Luis Abinader ha tomado medidas contundentes para optimizar el uso de los recursos del Estado, llevando a cabo reformas significativas que incluyen la eliminación de instituciones y la reducción de su patrimonio personal en más de 200 millones de pesos en sus primeros cuatro años de gestión. Este enfoque no solo refleja un compromiso con la austeridad, sino también una clara intención de promover la transparencia en la administración pública.
En su primera ola de reformas, Abinader suprimió varias instituciones, como el Despacho de la Primera Dama y la Oficina Supervisora de Obras del Estado (OISOE), entre otras, que en conjunto manejaban más de 14 mil millones de pesos al inicio de su mandato. La Comisión Liquidadora de Órganos del Estado se encarga ahora de disolver estas entidades.
Además, el mandatario ha autorizado la liquidación de la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE), mientras que otras entidades, como la UERS, también están en proceso de desintegración. En un esfuerzo por consolidar y ahorrar, se han fusionado Bienes Nacionales y el Consejo Estatal del Azúcar (CEA).
La segunda fase de reformas abarca más de diez entidades adicionales, con la meta de hacer la administración pública más eficiente. Se contempla la unificación de ministerios, como el de Educación y Educación Superior, y la fusión de otras carteras, con el objetivo de reducir gastos y mejorar la operatividad del gobierno.
