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Esmerlyn Frías Martínez, padre de la niña que fue trágicamente asesinada por su madre, denuncia que desde el suceso no ha podido ver a su otro hijo, quien se encuentra bajo la tutela de Conani. Frías solicita con urgencia la restitución de la custodia de su hijo, destacando que solo ha tenido la posibilidad de comunicarse con él a través de videollamadas.
El desgarrador incidente involucra a Ana Josefa García Cuello, madre de los menores, quien según Frías, actuó impulsada por su enfermedad mental, específicamente una esquizofrenia diagnosticada años atrás. Aunque él conocía de su condición neurológica, asegura que no tenía claro el diagnóstico completo. La familia había estado buscando apoyo espiritual en una iglesia cristiana con la esperanza de encontrar alivio.
Su abogado, Johansen Peguero, critica la falta de atención judicial al caso y revela que se le ha negado la posibilidad de una audiencia para discutir la custodia del niño. Además, cuestiona la decisión de someter a Ana Josefa a una evaluación psiquiátrica por parte del Inacif, sugiriendo que podría ser inimputable debido a su estado mental.
Frías, quien se ha comprometido a mudarse de la vivienda donde ocurrió la tragedia para evitar traumatizar a su hijo, clama por una pronta solución, enfatizando que su mayor deseo es poder estar nuevamente con él. La situación del niño es preocupante, ya que está perdiendo clases mientras permanece alejado de su padre.
