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La presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum, ha generado controversia al confirmar que su equipo no ha extendido una invitación al rey Felipe VI de España para su ceremonia de investidura, programada para el 1 de octubre. Sheinbaum justifica esta decisión en la falta de una disculpa formal del monarca por los actos de la conquista de América en 1492.
A pesar de este desencuentro, la exalcaldesa de la Ciudad de México enfatizó que México y España mantienen una «sólida relación de amistad» que podría beneficiarse de una nueva perspectiva. En una conversación reciente con el presidente español Pedro Sánchez, Sheinbaum afirmó que los diálogos entre ambas naciones continúan, desmintiendo preocupaciones sobre un deterioro en las relaciones diplomáticas.
La decisión de Sheinbaum ha provocado una rápida respuesta del Ministerio de Exteriores español, que ha calificado la exclusión del rey como «inaceptable» y ha anunciado que no enviará a ningún representante del Gobierno español a la ceremonia de toma de posesión. «El Gobierno de España considera inaceptable la falta de invitación a S.M. el Rey para la investidura de Claudia Sheinbaum», indicó el comunicado oficial.
Este episodio destaca tensiones históricas que aún marcan las relaciones entre ambos países, mientras Sheinbaum busca fortalecer la identidad nacional en un contexto de cambios políticos.
