En un viaje que marcó el rumbo de su carrera, Luis Vargas, conocido como “El Rey Supremo”, rememora su adolescencia cuando, a los 16 años, fue obligado por su padre a unirse al Ejército Nacional. Sin embargo, desde sus primeros años, su pasión por la música ya lo había llevado a imitar al célebre bachatero Eladio Romero Santos, quien dejó una huella profunda en su vida.
Luis, oriundo de la comunidad Santa María en la provincia de Montecristi, comenzó a tocar la guitarra y a interpretar los éxitos de su ídolo. En una conversación reciente con el comunicador Moisés Salcé, Vargas compartió una anécdota crucial: el día en que tuvo la oportunidad de subir al escenario junto a Romero en una fiesta local.
“Eladio, tras escucharme, me dio un consejo invaluable: ‘Nunca imites a nadie, el que imita no llega. Busca tu propio estilo’”, recordó Vargas. Aunque inicialmente no comprendió la magnitud de esas palabras, este consejo se convirtió en el pilar de su carrera. A lo largo de los años, Luis Vargas ha cultivado su propio estilo, convirtiéndose en un referente en el género de la bachata y dejando una impronta en la música latina.
Hoy, Luis Vargas es un símbolo de creatividad y autenticidad, demostrando que el camino hacia el éxito radica en la búsqueda de una voz única en la industria musical.