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En Estados Unidos, el sistema de votación incluye una variedad de tecnologías que varían según el estado y el condado, con el objetivo de facilitar la participación electoral y garantizar la precisión del conteo de votos. Existen dos tipos principales de máquinas de votación: las de escaneo óptico y las de registro electrónico directo (DRE), cada una con características y desafíos propios.
Las máquinas de escaneo óptico funcionan mediante la digitalización de boletas de papel marcadas, ya sea de forma manual por el votante o a través de un dispositivo de marcado.
Una vez completadas, las boletas son introducidas en la máquina, que las escanea y cuenta electrónicamente, pero mantiene un respaldo en papel, lo que es crucial para las auditorías post-electorales y para la transparencia del proceso. Este sistema tiene la ventaja de ser confiable debido a la evidencia física del voto emitido.
Por su parte, las máquinas DRE permiten a los votantes seleccionar sus opciones directamente en una pantalla táctil. Estos dispositivos almacenan los votos electrónicamente en una memoria interna, y algunas versiones incluyen la opción de generar un comprobante en papel para que el votante pueda verificar su elección antes de finalizar el proceso.
Si bien las DRE facilitan la votación, especialmente para personas con discapacidades o dificultades de acceso, han generado preocupaciones debido a la vulnerabilidad a ciberataques, especialmente si utilizan software desactualizado.
La seguridad de estas máquinas es una prioridad en las elecciones estadounidenses. Antes de ser utilizadas, las máquinas de votación deben pasar rigurosas pruebas de seguridad, que incluyen verificaciones para asegurarse de que no estén conectadas a internet, evitando posibles accesos no autorizados.
Además, existen procesos de certificación a nivel estatal y federal que buscan garantizar que las máquinas cumplan con estándares estrictos de seguridad.
Desde las elecciones de 2016, en las que se revelaron intentos de interferencia por parte de actores extranjeros en los sistemas electorales, la seguridad de las máquinas de votación ha sido objeto de un escrutinio más intenso.
Aunque no se encontró evidencia de acceso directo a las máquinas de votación, este episodio subrayó la necesidad de reforzar las medidas de ciberseguridad y aumentar la confianza del público en el sistema electoral.
En resumen, mientras que las máquinas de votación de Estados Unidos han avanzado en accesibilidad y eficiencia, la seguridad sigue siendo un aspecto crucial a mantener vigilado, especialmente en un contexto de creciente amenaza cibernética.
