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En 1982, el talentoso maestro Henry Hierro y el inquieto Víctor Roque se unieron para crear la emblemática orquesta de merengue La Gran Manzana, que rápidamente se convirtió en un fenómeno musical, alcanzando gran popularidad en Nueva York y República Dominicana durante las décadas de los 80 y 90. Este logro no fue fácil, ya que la agrupación enfrentó desafíos desde sus inicios, incluyendo el apoyo financiero de un origen poco convencional.
El financiamiento ilícito de la mano de Leonardo Morantín
Según declaraciones del propio Hierro, la orquesta recibió apoyo financiero en sus primeros años de un inversionista con un pasado oscuro: Leonardo Morantín, quien se dedicaba a actividades ilícitas. Morantín, oriundo de San Francisco de Macorís como Hierro, se acercó a él con la oferta de ayudar económicamente al proyecto, aunque bajo la condición de que sus «negocios» no interfirieran con los intereses de la orquesta. A pesar de conocer la naturaleza de las actividades de Morantín, Hierro aceptó su apoyo, siempre con la intención de mantener separados los intereses de la música y los «negocios» de su inversionista.
La historia de éxito de Víctor Roque y los altibajos de la Gran Manzana
Víctor Roque, quien comenzó con una vida humilde zafaconeando comida y durmiendo en trenes, vio cómo su vida cambiaba drásticamente gracias al éxito de La Gran Manzana. La agrupación, con su música contagiante y su imagen como *El Poder de New York*, logró vender hasta 30,000 copias de discos en solo una semana, y era común que realizaran hasta dos bailes al día.
Sin embargo, a pesar de las impresionantes cifras de ventas y la popularidad que la orquesta alcanzó, Hierro y Roque no recibieron las ganancias que esperaban. Aunque la orquesta cobraba hasta cinco mil dólares por presentación, mucho más que el promedio de otras agrupaciones, los beneficios económicos no llegaron a sus manos. Los dividendos se quedaron en los bolsillos de los administradores y personas cercanas a los miembros de la banda.
El declive y el nuevo comienzo con «La Banda Hierro»
Frustrado por la falta de ganancias y la mala administración financiera, Henry Hierro decidió abandonar La Gran Manzana en 1988. A partir de allí, fundó su propia agrupación, La Banda Hierro, junto a su hermano Willie. Este nuevo proyecto también gozó de éxito, con éxitos como «El diente de oro», «La Banda» y «Merengue Caliente».
En cuanto a La Gran Manzana, Hierro subrayó que, a pesar de los altibajos, fue Víctor Roque quien ideó el concepto original de la banda, que inicialmente se llamó Los Amigos de la Gran Manzana¡. Roque, con su visión, se encargó de mantener económicamente a Hierro durante los primeros años, para que este se dedicara exclusivamente a producir y arreglar los temas musicales de la agrupación, cuyo objetivo era conquistar el corazón de Nueva York y llevar el merengue a nuevas alturas.
A pesar de las dificultades financieras y las tensiones internas, La Gran Manzana sigue siendo recordada como una de las orquestas más influyentes y representativas del merengue de la época.*