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El presidente de Argentina, Javier Milei, lanzó este miércoles una nueva ofensiva contra los medios de comunicación, a los que acusó de utilizar «dosis extremas de violencia» y de «extorsionar» a quienes cuestionan su agenda. A través de un mensaje en X (anteriormente conocida como Twitter), Milei señaló que gracias a las redes sociales, los periodistas ya no tienen el poder de manipular la información de la misma manera en que lo hicieron en el pasado.
«Gracias a las redes sociales se les terminó el privilegio de casta que han tenido durante tanto tiempo y que han ejercido con tanta violencia», afirmó el mandatario, quien también expresó su descontento con el trato que recibe de parte de algunos periodistas. Según Milei, estos profesionales disfrutan de «el boxeo duro» donde su víctima se encuentra «atada de pies y manos», sin poder defenderse, lo que permite que, en muchos casos, se recurra a la extorsión para evitar un mayor ataque mediático.
El presidente argentino no dudó en calificar a los periodistas que critican su gobierno como «delincuentes del micrófono», y aseveró que es momento de que enfrenten las consecuencias por «mentir, calumniar, injuriar y cometer delitos de extorsión». En este sentido, destacó que las redes sociales le han dado poder a las víctimas de los medios, permitiéndoles «desatarse» y tener «gran capacidad de respuestas».
La crítica de Milei a los medios no es nueva. En una entrevista reciente con el popular podcast de Lex Fridman, el mandatario ya había señalado que una de sus principales luchas era la corrupción en los medios de comunicación. Según él, los periodistas en Argentina reclaman tener «el monopolio del micrófono», queriendo «mentir, calumniar e injuriar», sin que nadie les responda. «Por eso, gran parte del periodismo en Argentina odia la red X. Y por eso nosotros los liberales libertarios amamos la red X, porque todos podemos decir lo que queremos», destacó.
La relación tensa entre Milei y la prensa continúa siendo uno de los temas más controversiales de su gobierno, mientras sus críticos lo acusan de limitar la libertad de expresión, algo que el presidente rechaza, defendiendo el derecho a la libre opinión a través de las redes sociales.