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En una declaración reciente, el primer ministro de Groenlandia, Mute Egede, rechazó las propuestas del presidente electo de EE.UU., Donald Trump, quien sugirió que Estados Unidos debería tomar posesión de la isla. Egede reiteró que Groenlandia no está en venta y que la isla es un territorio danés, instando a no perder la «larga lucha por la libertad». En sus palabras, «Groenlandia es nuestra. No estamos a la venta y nunca lo estaremos».
Estas declaraciones se producen en respuesta a los comentarios de Trump, quien había afirmado que la posesión de Groenlandia es una «necesidad absoluta» para los intereses de seguridad nacional y la libertad mundial de Estados Unidos. La propuesta de Trump de adquirir Groenlandia fue previamente rechazada durante su primer mandato, pero volvió a ser un tema de conversación al ser mencionada nuevamente.
El Parlamento de Dinamarca también ha rechazado rotundamente cualquier intento de Estados Unidos de controlar el territorio. Rasmus Jarlov, un miembro del parlamento danés y líder del comité de defensa, calificó las declaraciones de Trump como «totalmente inaceptables», argumentando que «Groenlandia es danesa» y que cualquier intento de EE.UU. de tomar control sobre la isla «debe ser prohibido y contrarrestado». Jarlov destacó que las actividades de Estados Unidos en Groenlandia están sujetas a la aprobación del Gobierno y Parlamento danés.
En 2019, la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, descalificó la propuesta de Trump como «absurda», insistiendo en que Groenlandia no estaba en venta. La postura de Dinamarca fue reafirmada en 2021 por el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, quien dejó claro que Estados Unidos no tiene intenciones de adquirir la isla.
Groenlandia, una región autónoma dentro del Reino de Dinamarca, ha gozado de un grado significativo de autonomía política y administrativa, aunque sigue siendo un territorio bajo la soberanía danesa.