La orden, que refuerza un dictamen previo, fue publicada en redes sociales como parte de las estrictas políticas supervisadas por el ministerio, encargado del registro y control de las ONG. “Si no se coopera, se suspenderán todas las actividades de la parte infractora y el permiso de actividad”, señala el comunicado.
Restricciones extremas en la vida cotidiana
Esta nueva medida llega en un contexto de crecientes restricciones hacia las mujeres. Un día antes, el líder supremo de los talibanes prohibió la construcción de ventanas en edificios residenciales que permitan ver a mujeres en lugares como patios, cocinas o pozos comunes, bajo el argumento de prevenir la “obscenidad”.
Según un comunicado del portavoz Zabihullah Mujahid, las nuevas construcciones deberán garantizar que no haya vistas hacia los hogares vecinos. En los casos donde ya existan ventanas, los propietarios serán instados a bloquearlas o construir muros para obstruir la visibilidad.
“El ver a mujeres trabajando en las cocinas, patios o sacando agua de un pozo puede generar actos obscenos”, explica el comunicado, difundido en las lenguas oficiales del país.
Un «apartheid de género»
Desde el regreso al poder de los talibanes en 2021, las mujeres han sido eliminadas progresivamente de los espacios públicos. Según Naciones Unidas, estas políticas constituyen un “apartheid de género”. Actualmente, las mujeres afganas tienen prohibido asistir a parques, gimnasios y centros de belleza, y no pueden salir de sus casas sin un acompañante masculino. Además, las niñas son obligadas a abandonar la educación tras completar la escuela primaria.
La reciente prohibición de que mujeres y niñas cursen estudios médicos, anunciada por las autoridades talibanes, ha generado una ola de condenas internacionales. La UNICEF advirtió que esta medida es un “golpe devastador” que interrumpe la formación médica de miles de mujeres y pone en peligro el acceso a la atención sanitaria para las afganas. Catherine Russell, directora ejecutiva de UNICEF, calificó la decisión como “alarmante” y advirtió de sus consecuencias catastróficas a largo plazo.
Reacciones internacionales
Organismos como Naciones Unidas y la Unión Europea han criticado duramente estas políticas, instando al régimen talibán a revertir las decisiones que agravan la situación de las mujeres en el país. Sin embargo, el régimen continúa reinstaurando las restricciones que ya caracterizaron su primera etapa en el poder, en un retroceso que elimina cualquier esperanza de igualdad de género en Afganistán.