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El Salvador ha cerrado 2024 con una cifra histórica de 114 homicidios, logrando su tasa de homicidios más baja desde que se tiene registro, con un promedio de solo 0,3 asesinatos diarios. Este descenso ha sido destacado por el presidente Nayib Bukele, quien afirmó que el país se ha consolidado como el más seguro del hemisferio occidental, con una tasa de homicidios de 1,9 por cada 100,000 habitantes.
El mes de diciembre de 2024 ha sido especialmente significativo, ya que se registró un solo asesinato, lo que convirtió al último mes del año en el más seguro en la historia de El Salvador. Según Bukele, si todos los meses hubieran tenido las mismas cifras que diciembre, la tasa anual de homicidios sería de solo 0,2, colocándose el país en una posición competitiva para ser considerado el más seguro del mundo.
Este logro se enmarca en un contexto de lucha intensificada contra las pandillas, que históricamente han dominado gran parte del país. Desde la implementación del estado de excepción en marzo de 2022, las autoridades han adoptado medidas estrictas, como la suspensión de ciertos derechos fundamentales y reformas al Código Penal para endurecer las penas contra los miembros de pandillas. A la fecha, más de 83,000 personas han sido detenidas bajo estas medidas.
Si bien las cifras de criminalidad han disminuido drásticamente, organizaciones de derechos humanos han expresado su preocupación por las denuncias de abusos bajo el régimen de excepción. Se han registrado más de 6,000 quejas por detenciones arbitrarias, y 354 personas han muerto en custodia policial.
El Salvador, que en 2015 vivió uno de los años más violentos con 6,656 homicidios, ha experimentado una transformación radical en términos de seguridad, pasando de ser el país más violento del mundo a consolidarse como uno de los más seguros de la región. Sin embargo, el debate sobre los métodos utilizados para lograr estos resultados sigue siendo un tema de discusión a nivel internacional.