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Tapachula, México. — La primera caravana migrante del año 2025 inició su travesía desde la frontera sur de México, con alrededor de 1,500 personas que buscan llegar a Estados Unidos antes de la investidura de Donald Trump, prevista para el 20 de enero. La caravana salió del parque Bicentenario en Tapachula, la mayor ciudad de la frontera sur, en medio de un clima de incertidumbre y tensiones políticas entre los gobiernos de México y Estados Unidos.
Luis Rey García Villagrán, director del Centro de Dignificación Humana (CDH), pidió a la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, que permita el paso de los migrantes hacia el norte. García Villagrán destacó las diferencias políticas entre Sheinbaum y Trump como uno de los principales obstáculos para la movilidad de los migrantes, además de expresar su preocupación por las promesas del presidente electo de Estados Unidos, como las deportaciones masivas y las restricciones al asilo.
La situación de los migrantes se complica por las políticas migratorias de México y Estados Unidos. Desde noviembre, Sheinbaum afirmó que las caravanas ya no llegan a la frontera con Estados Unidos, mientras Trump ha amenazado con imponer aranceles del 25% a los productos mexicanos si el flujo migratorio no se detiene. A pesar de estas declaraciones, los migrantes siguen arriesgando sus vidas con la esperanza de llegar al norte.
Uno de los migrantes que se unió a la caravana es César Eduardo Milano, originario de Venezuela. Milano explicó que había intentado avanzar con un permiso, pero fue víctima de un robo por parte de desconocidos, lo que lo obligó a regresar a Tapachula. «Tomé la opción de ir en grupo para que Dios nos cuide y nos guarde, porque es la única forma en la que uno puede subir», expresó Milano.
A pesar de las promesas de Sheinbaum de ofrecer opciones para que los migrantes no abandonen el sur de México, los migrantes siguen siendo escépticos sobre las soluciones ofrecidas. Milano, quien ha sido detenido en dos ocasiones por el Instituto Nacional de Migración (INM), expresó su desconfianza hacia las autoridades migratorias debido a las malas experiencias que ha tenido.
Los agentes del INM intentaron evitar que los migrantes salieran de Tapachula, ofreciendo permisos temporales solo para circular en el estado de Chiapas. Sin embargo, los migrantes decidieron continuar su marcha, desafiando las restricciones y buscando una oportunidad de avanzar hacia el norte.
La situación sigue siendo incierta para miles de migrantes que, como Milano, enfrentan grandes obstáculos en su intento por alcanzar un futuro mejor. La respuesta de los gobiernos de México y Estados Unidos podría marcar un hito en la gestión de la crisis migratoria que continúa afectando a la región.
